miércoles, 9 de octubre de 2019

Los días raros

(texto en proceso)

En martes 1 de octubre el Presidente Lenin Moreno anunció las nuevas medidas económicas y laborales. Entre ellas el decreto 883 que libera el subsidio a los combustibles (ya se había hecho con la gasolina super y ahora se sinceró respecto a la extra y el diesel). Este subsidio, regía al país desde su instauración hace aproximadamente 40 años (época del boom petrolero). Ninguno de los gobiernos subsiguientes, sobre todo los más recientes, se atrevieron a  tocarlo a pesar de la falsa seguridad que se decía generaba a la economía ecuatoriana.

Las nuevas medidas económicas generaron una primera reacción: el jueves 3 de octubre comenzó un paro de transportistas (urbano y taxis) en todo el Ecuador. El paro duró dos días: jueves y viernes. Para contenerlo el Gobierno Decretó Estado de Excepción. Entre gallos y media noche, la Asambleísta por la Revolución Ciudadana, Gabriela Rivadeneira pidió al Presidente de la Asamblea, César Litardo, convocar a una reunión extraordinaria para plantear la destitución de Moreno por incumplimiento de sus funciones.

Otros incidentes de este primer día de paro fueron el surgimiento de una ola de saqueos, notorios en la ciudad de Guayaquil en Guasmo Sur y Suburbio. Entrada de la 8 e Isla Trinitaria, confirmar.

El propio 3 de octubre Lenin Moreno viajó a la Base Aérea Simón Bolívar de la Ciudad de Guayaquil. 4 de Octubre, segundo día de protestas, fue detenido dirigente de FEDOTAXIS, Jorge Calderón por suspensión de servicio público. A la vez, más detenidos por actos vandálicos en Quito y Guayaquil. Entre estos: manifestantes pretendieron tomarse la Controlaría Nacional. Se informó de la detención temporal de Marlon Santi, Coordinador Nacional de Pachakutic y a Jairo Gualinga, dirigente de la juventud de la Coniae. Se dijo que estas detenciones fueron por actos concretos en vía pública, no de tipo preventivo (?).

Alcaldes de Quito y Guayaquil hicieron pronunciamientos sobre la medida. Sus pronunciamientos fueron críticos más no respaldaron directamente el paro sino su razón de ser: el aumento del costo de pasajes y, por tanto, del costo de la vida que se desprendería del sinceramiento del costo de los combustibles.

Noche del 4 de octubre, Abel Gómez de FENACOTIP dio por terminado el paro de transporte. No se responsabilizó de los actos vandálicos transcurridos durante la jornada. Adució que su levantamiento se produjo por "falta de garantías operacionales".

Nombres relevantes: Abel Gomez, FENOCOTIP; Pablo Castro FEUE, Secretaría General de Comunicación de la Presidencia, Fiscalía del Ecuador, Richard Martínez, Ministro de Economía y Finanzas; María Paula Romo, Ministra de Gobierno y Oswaldo Jarrín, Ministro de Defensa. Gabriela Rivadeneira, Asambleísta Revolución Ciudadana; César Litardo, Presidente de la Asamblea Nacional; Corte Constitucional, Jorge Calderón FEDOTAXIS, Marlon Santi, Pachakutic, Jairo Gualinga, CONAIE.Paralizar un servicio Público: art. 346 COIP. 
Estado de Excepción Arts. 164-165 C. 
Asamblea y Destitución de Presidente: Art. 130 C.

Sábado 5 de octubre 
El movimiento indígena CONAIE continúa el paro, rechaza las medidas...

Una conversación:

El día de ayer asistí a dos marchas. La de la mañana, en la cual participaban algunas feministas y personas del FUT y, la de la tarde, en que participaban varios grupos representativos de la ciudad a nivel formal (Alcaldía y Cámaras, entre otros). En la de la mañana iba una amiga mía, en la de la tarde, conocidos del círculo familiar.

Participé en la de la mañana como una manera muy personal de vincularme con las protestas recientes, sobre todo, en Quito. Apoyando la necesidad de que las comunidades indígenas que protestan sean escuchados. Sin embargo, el acompañamiento no duró mucho. Quienes caminaban avalaban la toma de la Asamblea que se dió el día de ayer y avalaban la posibilidad de tomarse la gobernación, como símbolo de la protesta (que, aceptaban, no devolverían hasta que se ceda a lo pedido).

A favor de ellos puedo decir que iban en paz. En contra, que eran muy ingenuos respecto a la posibilidad de infiltrados en el grupo. Pude ver dos graffiteros wannabe que eran parte formal del grupo pero no algo que pudiera ser más grave. El grupo no superaba una cuadra grande (la mitad del espacio entre Boyacá y García Avilés). Los alcancé cuando salían desde el Parque Centenario hacia la Gobernación. Mi caminar fue conversar con una amiga que estaba presente en el grupo sobre sus razones de manifestarse y sobre las mías de estar en las dos marchas. Nos detuvieron el paso en la calle Boyacá. El grupo quedó contenido ahí y, conociendo sus razones, no me pareció exagerado que lo hicieran. Mientras verificaba el tamaño del grupo la Policía lanzó el primer gas lacrimógeno para dispersarlos. El grupo se dispersó y yo aproveché para ir hacia el lado de la Policía para conocer sus razones. Me hablaron de contener posibles amenazas. Dado que conocía las intenciones del grupo me pareció que lo dicho era acertado por dos razones: al contenerlos les permitían manifestar lo que quisieran y también evitaban que se conviertan en una amenaza más arriba.

Pasado el tiempo el grupo se volvió a reunir y quedar contenido por la policía. Fui a informarle a mi amiga las intenciones de la policía pero ella tenía más claro lo que iba a ocurrir después (más represión). Me despedí. Para mí no tenía sentido estar en una batalla del lado de un grupo que efectivamente estaba en contra de la institucionalidad. Otro hubiera sido el cantar si hubieran estado a favor de resistir expresando su voz. Cuando iba subiendo ví llegar más oficiales por la calle Boyacá y, desde el lado de Nueve de Octubre que va hacia el Rio Guayas, a un contingente militar que me pareció exagerado para el grupo que había ahí. Avisé a mi amiga de lo que veía con un mensaje pero no supe más. Llegué a mi destino y se siguió oyendo ruido.

Volví luego, me pareció que el ruido se pasaba de lo normal. Vi que habían empujado a los manifestantes hacia el Parque Centenario. No entendí la razón de tanta fuerza. Asocié que tendría que ver son dos cosas: o la conveniencia de que no hubieran elementos disidentes para la marcha de la tarde o, la sensatez de la mismo (pues volvemos a la ingenuidad de este grupo respecto a posibles infiltrados).

De ahí vienen momentos incomprensibles. Aparecieron policías motorizados y con los rostros tapados por Boyacá (en donde nunca hubo manifestantes, sin embargo, cedo a la duda del tiempo que no estuve). Sus tubos de escape sonaban como disparos. Sin embargo, no los veía a ellos ni a nadie disparar. Alguien comentó al vuelo que eran los tubos de escape de sus motos.

Me moví calles arriba. Y giré a la derecha tal vez por la cuadra donde tenía oficina el Universo. Volvieron a aparecer los motorizados. Su actitud era agresiva contra cualquiera que estuviera en calle y a la mano. Vi que golpeaban de paso a un hombre que circulaba en moto (¿cómo se podría haber apartado?). No recuerdo si casi me pegan a mí pero sí que su actitud era notoriamente violenta. Alguien resumía después "de pegan y luego te preguntan". Pareció algún tipo de táctica de intimidación pero, ¿contra quién? Inclusive manejaban sus motos de un modo extraño.

Horas después pude ver un video de dos tipos, dentro del momento en que asumo fue la segunda dispersión, que tomaban piedras y objetos grandes para golpear. Pude ver en videos posteriores que efectivamente se había infiltrado gente en el grupo de la protesta y había comenzado a intentar destrozos. Me hizo más sentido aunque pensé que tal vez habría sido más fácil manejar las cosas teniéndolos contenidos pero, ¿qué se yo?

La segunda marcha
Mientras todas esas cosas ocurrían se preparaban las cosas para la marcha oficial de la ciudad. Vi policía y militares alrededor. También la preparación de equipos de audio y televisión grandes. Finalmente, la preparación de una tarima central al final de la Nueve de Octubre al pie de la Rotonda. Me quedé con mis conocidos a la altura de Nueve de Octubre y Pedro Carbo. Había unos animadores haciendo arengas, la melodía del Municipio actual de fondo, gente llegando con banderas, muchos vestidos de blanco. En fin, hacia las 3.30 se comenzó a anunciar la llegada de Cynthia y Nebot.

No recuerdo la hora pero vi a Cynthia llegar por la calle Pichincha con un gran número de personas y a Nebot venir por la Nueve de Octubre seguido de otro séquito similar. En el grupo de Nebot pude ver una especie de telonero que le iba abriendo paso a su grupo. El grupo que lo seguía era variopinto. En la tarima se dieron discursos de: Caterina Costa, Cámara de Industrias, ...

(sigue)

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