miércoles, 19 de junio de 2013


(...)
Los orishas tienen altares, bailes y ofrendas dependiendo de la deidad que se esté hablando (Elegua, Chango, Oshún, Obatalá, Oya, Iemanya, Oggun, Orunmila...etc); para representar al dios Olodumare no tiene altar, emblemas ni señales para representarlo.

Acá, en Colombia, a una niña cuando le preguntaron por Dios dijo:
"Son las nubes y la llovizna".
Otro, "es el amor con pelo largo y superpoderes",
Otro, "es un viejo barbado y en peloto que vive en las nubes, que un día tiene vacaciones y otro no".

Y Ratzinger, en su mejor definición (en el pasado), trajo a colación la imagen de una silla vacía. 
El Padre estaba ocupado dando vida a todas las cosas.

Suele gustarme la de Jesús porque habla de seguimiento. 
Por alguna razón ahí voy encontrando las demás 
o puertas de acceso, 
o disposición, 
a ellas.

Seguir, muestra.

Pero, ¿esto se puede decir?, ¿es necesario decirlo?
Para mí, voy experimentando, el fenómeno tiene que ver con algo así como contagio.
Está pasando todo el tiempo. O pasa cuando quiere pasar. No es algo que pueda decidir mostrar. 
Es algo que soy o con lo que me conecto un momento.
Y para el espectador la cosa es similar. Le pasa a él o no le pasa. 

Ser "cristiano" es poder darse cuenta de cuando estas cosas pasan y entrar, hacerse parte de ese momento.

¿Caemos en error al intentar ser (o querer que otros sean) eso todo el tiempo? 
El frágil (¿y hermoso?) deseo de querer poseer lo bello, lo valioso.

En el proceso de querer alcanzarlo comprendo que tiene que ver más con mostrar algo que habita o mueve en ciertos momentos. Después de todo "el espíritu sopla donde quiere". Y Jesús sería muy cómico tratando de ser el centro de atención y la perfección todo el tiempo. Él seguía al Padre. 

Pero 
apropiarse. 
¿No es así como aprendemos a hablar? Trato de apropiarme, de agarrar, las palabras que oigo decir a otros. Mi interlocución con ellos es lo que me permite saber que he entrado al juego del lenguaje. Luego, con el tiempo, podré utilizar las palabras a mi gusto (o al menos lo suficiente para creer que con ellas podemos hacer tal cosa). 

En lo religioso trato de apropiarme de Dios o lo valioso. Pero la interlocución se da esta vez hacia alrededor (si no, 
ya lo vemos: 
soberbia, 
dogmatismo vacío). 

Dios es una palabra que articula muchas otras. Cuando atino a la comprensión general de lo que es Dios entonces muestro algo a otros; lo mismo, puedo ver cuando éste se muestra. 
Lo curioso es que esta palabra es dinámica y tiene que ver con hechos. Luego, tiene mucho sentido que todo comience con "y el Verbo se hizo carne y puso su morada entre nosotros".

Cualquier persona que objete el cristianismo debería enfocarse en lo que ese Verbo hizo y dijo. Es el mejor punto de partida y no lo digo en broma. Si uno ve a Cristo puede tratar de entender a los cristianos. Pero si uno ve a los cristianos, le toma más tiempo ver a Cristo.

El lenguaje moral, la moral cristiana. 
La teología nació en la necesidad de entenderse para poder explicarse a otros. Al principio se sobreentendían las cosas. Luego, ante el encuentro con los griegos, tuvimos que pensar nuestros conceptos. Los conceptos trataban de explicar una experiencia (y un sentido).
Pero la moral cristiana ahora tiene que ver con recibir un paquete de conceptos. La aventura de pensar y tratar de comunicar la experiencia parece perderse. ¿Cuántas cosas están jugando ahí?

Pues ciertamente hay algo muy humano en ver a mi padre disfrazado y en un acto solemne decirme: esto es importante, consérvalo.

...
Sobre la posibilidad de reducir el mundo moral o factums. Aun en eso. Por lo pronto al menos veo la curiosa seguridad de nuevos abanderados de posturas.

Pero así es como los conceptos se abren paso, ¿no? La gente los encarna. Y así, los muestra, aunque sea a ratos. De nuevo, el error de creerse poseedor de los conceptos.

Sigo creyendo que la vida orgánica, simplemente observarla, aun tiene mucho por decirnos.

Damos forma y pensamos colectivamente, aunque sea una cosa muy curiosa y tal vez temporal, aquello de la propiedad intelectual.

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lunes, 17 de junio de 2013

Será tudo ou será nada (It will be all or it will be nothing)
Depende, coração (It depends, heart)
Será breve ou será grande (It will be brief or it will be great)
Depende da paixão (It depends on the passion)
Será sujo, será sonho (It will be dirty, it will be a dream)
Cuidado, coração (Be careful, heart)
Será útil, será tarde (It will be useful, it will be late)
Se esmera, coração (Do your best, heart)
E confia (And have trust)

* De Lyrcs de Spirit Voices de Paul Simon

viernes, 14 de junio de 2013

En estos días miraba los árboles
(a veces los olvido)
y las plantas que salen de la tierra.
Me gustan las que crecen hacia arriba
con hojas ovaladas
y tallos que se entrecruzan
con un color verde brillante.

Abajo, la tierra.
Oscura.
No veo lombrices.
Veo hormigas
y algo de humedad.

Si avanzo hacia el borde me encuentro con cemento.

(Alguien entra, llegó corriendo,
ha olvidado un bolso).

Un color gris
maciso
y poco llamativo
y
ladrillos
naranja.

Retrocedo y noto las aves,
palomas,
no nos temen demasiado.
Alguna vez oí a un tonto decir
"son como ratas"
sólo que no son ratas
y sus alas son hermosas
y no deja de fascinarme y hacerme reír la manera en que avanzan moviendo sus cabezas
(pero nada como el movimiento frenético de las gallinas).

Recuerdo el túnel de hormigas en mi casa.
Era un pasillo estrecho,
lateral,
a un costado del cuarto de mis padres.
Cuando era niño las visitaba de vez en cuando
y me fascinaba verlas llevar comida.
Hojas verdes, pequeñas sobre todo.
Alguna vez las vi recortarlas con las pinzas en sus bocas.
¿Por qué diferenciamos entre hocicos y boca?
Ah, ya lo recuerdo, nuestra dignidad en la razón.
Somos algo así como seres celestiales
porque las cosas de Dios no deben tocar la tierra
y nosotros no podemos parecernos a la tierra.
Así dicen los militantes. Se hacen llamar gente racional.
(A veces me alegro al contemplarlos y me pregunto ¿Cómo habrá sido el descubrimiento del fuego?)
Y los otros, los del misterio,
se envuelven por temor,
y a eso le llaman autoridad.
Pero misterio es lo facinante y aquello que uno reverencia.
No tengo explicaciones para aquello que honro, de repente me encuentro detenido y asombrado y con un sentimiento de alegría profunda. "Así", "esto", "qué bien", "míralo", "mírala".

Pero volvamos a las hormigas, sólo por hoy
y al sol de la mañana
y a la curiosidad.

A veces llevaban trozos de manzana.

Cuando me las encontraba en otro lugar
las tomaba y las ponía en un recipiente plástico.
Eso se llama abstraer, abstracción.
En otras ocasiones, oh niño cruel,
ah, curiosidad infinita,
descubrí la lupa y quemaba papel.
Luego, por supuesto, hormigas.
Un día tuve una lora, dos,
y con el tiempo entendí.
También sentían,
temían, querían,
se alborotaban
y dormían.
Extendían sus alas.
Se bañaban.
Yo las sacaba a pasear en mi hombro
y me hacían caricias
con su pico,
en las orejas.
A veces jugaban conmigo,
siempre supieron hasta donde apretar.
Un día volaron fuera de casa.
Las buscamos todo el día.
Las oíamos llamar,
tal vez ansiosas entre dejar y quedarse.

Ahora cuando oigo cotorras volar
pienso en una de ellas y así reconozco a las cotorras.
Y la otra, de frente azul y cachetes amarillos,
era como una payasita
siempre pensamos que era hembra
por su manera de hacer ruido.
Era como una niña gorda contenta,
fuerte.
Aun las veo por ahí y pienso en mi lora payaso y en la manera en que miraba en ocasiones con sus ojos brillantes y agachaba la cabeza
ensanchaba sus plumas y parecía cubrirse entre ellas. ¡Oh!, y sus miradas de arrebato.
Imitaba a los perros ladrar y nos imitaba a nosotros al reír.

Y no hablemos de mi perro.
El aire y la calma de la noche están llamando.
La vastedad del horizonte
cielo y mar
¿quién podría llenar esos espacios de personas?
el contento y el poder que uno siente ante una pequeña parcela.

El fuerte sonido de las olas, estampida, telúrico.
Olas que me mecían,
otras que me envolvían y zarandeaban
otras de aparente potencia.

Esquivar,
escabullirse,
dejarse llevar,
intentar montar.
Recuerdo, alguna vez, en que montándolas avanzaba a gran velocidad...
Muchos modos de proceder para momentos distintos.

Si la vida fuese más mar...
No, Mafalda,
sólo el mar por un momento.
Mira el cielo,
siente el agua
y luego búscate una manera de mostrarlo.
Quino te callaba al hacer los detalles de tus vestidos,
la construcción de los edificios,
o las tablas y los ladrillos de las calles de tu barrio.
Hónralo.
Me gusta creer que siempre tuviste vocación de educadora.
Educere, llevar afuera, encaminar.

La niña tendida en la camilla.
la enfermera la había cubierto.
Asomaba parte de su brazo,
con su buzo rosado
(lo había agujereado para que sus pulgares salieran por los costados)

Debajo de la venda
su rostro somnoliento
y algo adolorido.
Nada grave por hoy,
dolores de niña
Le sentaban con la edad
y hacían de la sala un lugar de colores pasteles.

Mi mañana colorida y cálida
asegurándome de que esté bien.

Luego,
un gruñido, "tengo hambre".
Y una cara sin sonreír
que por alguna razón, iluminaba como el sol.

sábado, 1 de junio de 2013

Hoy somos mucho más sensibles ante el sufrimiento, lo que desde luego podríamos más bien interpretar como el deseo de no enterarnos de nada relacionado con el sufrimiento, en vez de relacionar dicha sensibilidad con el deseo de tomar alguna acción concreta que lo remedie. 
 Charles Taylor, Fuentes del Yo. C.1