miércoles, 24 de octubre de 2012

ParaNorman (¿Por qué gruñen los zombies?)



(spoilers, ojo sino la han visto)

Paranorman nos cuenta la historia de un muchacho, Norman, que tiene la interesante capacidad de ver a los muertos. Esta facultad va desde ver a su abuela muerta sentada en el sillón familiar hasta la de ver al perro rebanado del vecino corriendo alrededor de su dueño. A Norman su habilidad le crea grandes problemas. Tiene una buena relación con los muertos (al inicio de la película irá saludando a una larga lista de personajes en el camino a la escuela) pero, en cambio, una difícil relación con los vivos. Debido a esta facultad, que nadie más posee en el pueblo, es considerado un lunático, Norman, para ellos, habla con el aire. Sin embargo, la película nos mostrará que Norman tiene algo para decirnos.

En el pueblo de Norman estallará una maldición que consistirá en el retorno de ciertos muertos a la vida. Esta vez, sin embargo, las cosas son distintas de lo que parecen.

¿Quiénes son los zombies o, qué son?

Personalmente, después de leer a un cierto autor cuyo nombre no recuerdo, comencé a "darme cuenta" del fenómeno común del resurgimiento de películas, comics y series sobre zombies y extraterrestres después del 11 de septiembre. Todos estos seres tienen la característica común de representar presencias mudas y absolutamente hostiles que vienen de ninguna parte para acabar con el mundo conocido. Sólo un puñado pequeño de gente "elegida" es capaz de darse cuenta de la  presencia de estos seres y de la inminente destrucción que traerán consigo.

Creo que en estos esquemas aparecen dos cosas: paranoicos que no pueden expresarse y amenazas (aliens, zombies) que no dan razones. En el fondo ambos elementos responden a un modo de comprensión del mundo: el modo puritano que fue parte del inicio de esta nación. No estoy hablando de culpas, estoy tratando de comprender. En el héroe paranoico y en la amenaza muda creo que pasa la misma cosa. El paranoico no sabe dar razones de un mundo que se le ha mostrado grande y, al tener raíces puritanas, todo lo que sale de su esquema es ipso facto vuelto amenaza de todo lo conocido. No es raro de que esto sea así cuando efectivamente una cultura diferente, en ese 11 de septiembre, apuntó a varios de tus íconos de poder.

Pero queda la pregunta de fondo, aquella que hace unos pocos años ha comenzado a ser trabajada a nivel de sitcoms y de movimientos cinematográficos: que un tipo de diferencia se haya hecho ver y que esta haya sido destructiva, ¿implica que todo lo diferente es destructivo, mudo, amenazador?

En el desenlace de Paranorman encuentro un claro giro, hay una variación en torno al abordaje del tema de los zombies. En este caso el asunto de la maldición o peligro que pesa sobre los civiles se da la vuelta. Llegado un momento de la película nos damos cuenta de que son los zombies los que se deben proteger de los civiles. Uno va descubriendo, en el transcurso de la película, que los zombies han estado tratando de hablar con los habitantes del pueblo, desde su salida de la tumba, para explicarles la razón de su aparición en el pueblo. Sin embargo, esta vez son los civiles los que no los escuchan, se comportan con la unilateralidad del zombie de las películas usuales. La persona de Norman será aquella que planteará una posición diferente en la película: los zombies están tratando de hablar, hagamos el ejercicio de escuchar.

Eso vuelve esta película para mí una propuesta interesante. No sólo que entretiene sino que dice algo. En este caso abre la atención a los peligros del punto de vista unilateral. De este modo desenmascara el facilismo de reducir las cosas a posturas de total verdad. Al final, se le dará la razón a Norman, la gente se detiene y escucha lo que los zombies han estado tratando de decir. De esto saco la sencilla reflexión: tal vez vale la pena mirar las cosas de otra manera cuando la realidad se presenta como algo monstruoso y sin salida, hay algo que vuelve irreales las cosas cuando no comprendo pero al mismo tiempo tampoco soy capaz de escuchar.

Norman acaba bien (los zombies son escuchados, la maldición acabada) pero creo que para esto, el escuchar que propone la película como mensaje, no hay garantías. Creo que este es un riesgo que tal vez vale la pena correr, al menos para salir del círculo del puritano que se pierde de muchas cosas. Parece banal pero estas son posturas políticas claramente visibles en nuestro mundo.

Para no ser trillado: no creo que siempre se pueda estar conciente y receptivo. Pero sí creo que cuando uno sospecha que algo anda mal o que la realidad está incompleta, y amenaza con cerrar todo para siempre, vale la pena poner más atención. Este película me lo ha vuelto a poner de frente.

Cosas como esta me hacen pensar en la humanidad como un gran organismo. Cuando alguien dice "esto es todo" y presenta un mundo cerrado y fatal, aparecen también otros que dicen "sí, pero tal vez" y nos vuelven los pies a la realidad, curiosamente desde el idioma de la fantasía y el idioma dirigido a los niños. Tal vez uno de nuestros mayores tesoros de comunicación, abstracción y comprensión.
...
*Otra película que usa los zombies, y que a mí me dice algo más sobre la realidad, es Shawn of the Dead. En ella, en los créditos iniciales que recuerde, lo zombie es parodia y referencia interesante de parte de la vida actual.

http://www.youtube.com/watch?v=yuhfEjYS3qc
http://dharbin.tumblr.com/post/33993964792/no-homosexuals

viernes, 19 de octubre de 2012

domingo, 7 de octubre de 2012

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Hace poco me encontré con la angustia. En filosofía me habían hablado de ella, alguna vez, como la fuente del pensar. Nunca lo terminé de aceptar, pensé que esa fuente podría ser algo así como el ocio o alguna cosa más. Pensé que tal vez había algún error en ponerla como la fuente. Que algún pensador trágico la había puesto como lugar originario.

Pero no. Recientemente me he encontrado con ella, 
(un atardecer sin nada que querer hacer, sin ningún lugar al cual acudir).

Me encontré con ella y puedo decir que la he visto ó, mejor dicho, que la he sentido. 
Y creo que he comenzado a entender. 

¿Será la angustia acaso como la cofia en la raíz del árbol? La cofia es la que se debe abrir paso entre la tierra. Y pensaba, horas después, tal vez eso es la angustia. La que duele u oprime porque es la que aparece o se siente cuando la raíz del árbol se abre paso. La angustia tiene que ver con la raíz de mi ser, por lo tanto, tiene que ver con la firmeza de los puntos sobre los que estoy parado. Cuando mi raíz se comienza a mover, a crecer de nuevo, atravesando nuevos suelos, dejando atrás aquellos sobre los que estaba cimentado, entonces surge la angustia. Mi suelo comienza a cambiar y la emoción es total, ¿cómo no serlo si viene de la raíz de mi ser? 

Y pensaba también en la felicidad.

La felicidad en cambio es como las ramas del árbol. Por eso están relacionadas. La felicidad es la que vuelve a surgir cuando la raíz vuelve a estar bien cimentada. Por eso de grandes angustias surgen grandes luces y opciones. Estas tienen que ver con una nueva claridad, una nueva firmeza. Después de todo la raíz sólo se cimenta cada vez más, su descender hace al árbol más fuerte. De esta manera sus ramas pueden crecer mejor, expandirse hacia arriba, hacia los lados, y dar una mayor plenitud al árbol.

Luego hasta nos podríamos poner a pensar en las consecuencias de una angustia bien afrontada. Un árbol bien parado ¿no es acaso capaz de dar sombra a los hombres, cobijo a las aves y, a unos y otros, aportar momentos de reunión, conversación y contemplación de todo lo demás?

martes, 2 de octubre de 2012

Diferencias existenciales

La semana pasada oía el Eclesiastés y cuando decía "todas las cosas cansan", oía yo, "todas las cosas cantan" y me pareció hermoso y evocador.

Después,
me levanté a revisar la cita oída
y noté el feliz error.