viernes, 31 de agosto de 2012

"Eres unilateral" le dijo la razón unilateral a la razón unilateral,
y cada una se fue para su casa.

El problema estaba en las palabras
(o, mejor dicho, en su uso).

Los hablantes creyeron que se veían y hablaban absorbiéndose en ellas.

Lenguaje.
Traición y esperanza
muestras y ocultas
al tiempo
(y también te desgastas)

Cuando digo "árbol" por primera vez,
lo veo
y,
a la vez,
me despido de él.

¿Qué es un árbol sino
una colección de hojas,
ramas, insectos y filamentos,
clorofila corriendo,
el juego de luces que veo cuando lo observo,
la textura gruesa que cambia de un pliegue a otro,
y así...?

Pero cuando digo "árbol" sin más,
tan confiado,
o digo "árboles" de manera reiterada,
(como un lugar más en una conversación sobre otra cosa)
los he dejado de ver.
Hasta el día
(quien sabe)
en que por algún sentimiento de cansancio,
inconformidad
o simple contemplar desinteresado
 lo vuelva a mirar.
(Tolkien lo dice bien y muchos más también)

martes, 21 de agosto de 2012

Comentario amañado (a tí te digo)

Listo, ya en Gkillcity en versión resumida y para discusión (espero).
http://gkillcity.com/index.php/el-chongo/1014-fernando-insua 


¿Parajodas?


Hace unas pocas semanas pude ver en Facebook la foto que adjunto al presente artículo. Junto a esta había comentarios como: “el periódico es una fuente inagotable de comedia”. Mi intención con este artículo no es hacer juicios sobre personas, pues veo que no se llega muy lejos así (y me parece bastante aburridor), pero sí referirme a actitudes. Quisiera hacer unos comentarios sobre lo que considero un ejercicio errado de “respeto” y “pluralidad”. Lo abordo porque entiendo que la dirección de revistas como ésta y pensamientos como el liberal, o la corriente actual que habla de “racionalidad”, pretenden pensar y enriquecerse de la relación con otros con visiones diferentes de la vida, el mundo, etc. y, sobre todo, pensar en la buena convivencia entre individuos distintos.



El caso de los comentarios que a mi vez comento, a mi modo de ver, es un caso claro de abanderamiento de posturas que siguen cometiendo los errores que se imputan a “la Iglesia”. Esto es: el fundamentalismo excluyente. Escribo esto con la idea de mostrar que tener posturas sobre las cosas implica un ejercicio de autorreflexión continua y no mera posesión, como pretende hacerlo cualquier curuchupa laico o creyente.





Los comentarios a la imagen subida fueron del estilo: “de premio pullitzer”, “huge wtf”, “absurdo hasta la médula”, y el nunca faltante “cualquier intento de racionalidad en esto es superfluo” entre una gran cantidad de likes.

Que se tome una foto, se la suba, y luego se la comente, o se le ponga unos likes, implica claramente un ejercicio de interés y comprensión. En primer término, para subir algo debo escogerlo y para escogerlo debo hacerlo porque me genera algún tipo de interés. No subo algo de lo que no tengo nada que decir o que lo subido no tenga algo para decirme. En segundo término, no puedo ponerle like a aquello con lo que no estoy de acuerdo. Esto quiere decir que en  mi cabeza tengo que mirar y comparar entre un sinfín de relaciones para escoger si estoy de acuerdo con lo dicho y si me adhiero a esto haciendo pública mi concordancia. ¿Pero qué postura era esta? “Los católicos son absurdos y ahí están de nuevo haciendo cosas absurdas”.

Esto no tendría mayor repercusión si detrás de esta postura y este ejercicio no hubiera una pretensión moral no vista por parte de los comentaristas: 1. La de tener “la razón” de su lado y 2. La de referirse desde esa postura a una generalidad que implica muchas personas y motivaciones diferentes, todos descartados como gran absurdidad.

Tal ejercicio me generó dos impresiones: Paradójicamente la visión del sacerdote que se acerca a dos niños en la playa que contemplan a una mujer desnuda o ven un acto de magia y les dice: eso es pecado (malo) o, eso es falso (incorrecto). Esto es: un calificativo moral, en este caso, "los tontos haciendo tonterías", que parece querer creerse indiferente/imparcial/mero pasar. Sobre eso quisiera decir que no hay dogmatismo más grande que creer que no se tiene dogmas. El dogma de la postura del mero pasar era la de tener razón o la posesión de algún tipo de verdad por sobre la de una masa de gente tonta... De la raíz de este modo de proceder, ver el tonto a secas (o el riesgo en quien no se comprende), tres conocidos casos de injusticia de la humanidad: Sócrates, Cristo y Galileo. Todos en sociedades que creían estar bastante “bien” y siempre peleando contra males que venían desde “fuera”.

La segunda imagen que me produjeron los comentarios fue la que tanto siento combatida por el punto de vista liberal local. La de evitar que haya un fundamentalista asomando en el espacio de encuentro de gente no fundamentalista para luego regodearse de la tontería de quienes no son como él, quien sabe si para luego llegar a arruinarles la fiesta. Siendo así ¿dónde queda, de raíz, el pluralismo y la tolerancia pregonados?

Lo que digo aquí es una reiteración de cosas que ya he dicho en este mismo sitio... Si bien es cierto que la religión maneja ideas de las que se puede hacer mal uso, igual que con prácticamente cualquier cosa existente o pensable, (¿toda idea es peligrosa para quien no ha aprendido a moverse en ellas?), es muy diferente de creer que todo ejercicio religioso es la fuente de todo mal o estupidez. Eso sigue siendo fundamentalismo (pensamiento general, violento y sin matices sobre cosas que no se conocen bien/mejor/desde cerca, una caricatura tomada por realidad) y hay que combatirlo en donde se presente. Inclusive cuando se disfraza de mí mismo. No es tanto una cosa (simple o únicamente) de la religión como de la humanidad.

Ciertamente la religión juega en el campo de las motivaciones morales y de las ideas fuertes que participan en la generación de horizontes de vida, y por lo tanto de actitudes y posturas, y ésta es un área compleja. Pero lo mismo sucede con toda pretensión de racionalidad surgida en la modernidad. Es un área excelente pero también un área llena de problemas. Creo que se debe tener cuidado cuando se habla de razón a secas y con arrogancia pues no es un asunto terminado. Siendo así, descalificar a secas y sin autocrítica, me parece un ejercicio que se queda corto. Se vuelve bandera. Nada diferente de la bandera o proceder fundamentalista.

Sobre pluralismo y tolerancia. Veo que este famoso discurso del "otro" sigue sin tener suficientes pies. Lo digo por la convivencia que he tenido que vivir con "otros". En esto he aprendido que otro no es solamente el que tiene otro trabajo, alguna que otra idea diferente o utiliza otra ropa (o inclusive de otro "estrato"), sino aquel que es incomprensible para mí en la totalidad de su visión de vida, tendencias, gustos y lenguaje. Con ese otro es con el que hay que aprender a convivir y, creo yo, a hablar, aunque no sea posible resolver todo. Burlas como esta me parecen una falta a la seriedad de estar hablando con iguales en dignidad y capacidad de elección. A mi modo de ver se pasa de la pluralidad pregonada a un anhelo escondido y resentido de una homogeneidad no lograda (un sueño curuchupa a fin de cuentas).

Sobre el juicio en sí. Sólo puedo imaginar que una visión tan vacía y negativa puede venir de quienes nunca encontraron nada ahí. Eso está muy bien para quienes no encontraron nada, otra cosa es creer que la mirada vacía es la misma mirada del creyente. A mi modo de ver, en juicios así, se revela claramente falta de cercanía y relación, típica del curuchupa que señala o se ríe desde lejos de otros  seres humanos a los que no conoce más allá de la idealización con la que se contenta en pelear y que, por supuesto, sólo sirve para reafirmar su punto (y su terror a la diferencia).  Ejercicios como este dejan bastante claro que hacemos juicios de valor, sobre personas -lo peor- desde una distancia estratosférica, distancia cercana al fundamentalismo.

Insisto, no es malo reír e inclusive decirle a otro lo extraño que es, pero otra cosa es reír con aire de superioridad cuando tal vez se está parado en el mismo lugar. Del fundamentalismo no se sale simplemente señalando el fundamentalismo presunto de los demás, ya lo he dicho en otro post. Mejor ir a encontrar a aquella gente "ingenua" y "peligrosa" y convencerla de su "error" o dejar de tomarla por tonta pues tal vez el tonto es uno, pretendiendo juzgar como absurdo lo que simplemente no se es capaz de comprender* (perdiéndose, además, de la diversidad que se dice buscar). Las burlas a los panas, no a colectivos imaginarios que me contento en estructurar. Lo mismo me viene a mí decir "los liberales", "los ateos" y volverlos una masa de gente “errada”. Me pregunto si así se llegará a algún lugar. Judith Butler dice que antes que convivencia hay cohabitación y que esa nadie la pidió. Toca aprender a construir desde ahí o contentarnos con gritar o refunfuñar de lado a lado, cuando tal vez, al menos, se puede refunfuñar menos y hacer alguna cosa más.

En fin, no veo el problema en lo que quiera creer o no creer, practicar o no practicar, sino en lo que hago con lo que creo, busco y practico. Puedo utilizarlo para encontrar maneras de construir y convivir (y pensar) o puedo utilizarlo para arrojarlo y restregarlo a los demás. Creo que la respuesta es obvia esté en donde se esté parado.

Y no, no estoy a salvo en lo más mínimo de no caer en las cosas que señalo en este mismo artículo. Estoy bastante conciente de ser un católico hablando de verdad. Mi punto es precisamente la necesidad de autocrítica.

En fin sobre tal evento se pueden decir muchas cosas críticas pero mirándonos a la vez con cierta criticidad al hablar.

* Sigo percibiendo que estos temas tienen mucho ruido de por medio. Para bajarlo un poco puedo decir que sobre el problema institucional y el modo de vivir y pensar del creyente en tal institución en los momentos actuales ya he barruntado algo en el post ¿Canales diferentes? (al menos parte de MI postura), en esta misma página. Ojalá se considere antes de seguir echando fuego como lo hace cualquier curuchupa de los que tanto nos gusta hablar.

Sobre la relación de un católico con sus creencias y mi sospecha de que seguimos con idearios de fuego eterno bajo nuevos disfraces hay unas notas en “El problema del juicio”, también aquí. No son verdades, ni posturas de algún tipo de oficialidad, son temas en los que como creyente me tomo la molestia de pensar y exponer para ser conversados.

Diálogo es logos de a dos (yo y ese misterioso otro), ojalá los no creyentes no caigan en el mismo error en el que vive tanta gente que encuentra sentido en la creencia en Dios pero lo reduce por sí misma, o por las voces de otros, a hacer su grupo y mandar al diablo a todos los “insoportables” y “absurdos” otros con los que igual toca convivir. Un ejercicio bastante limitado e infeliz, cuando en realidad se tiene el mundo por delante. Basta un poco de autocrítica para comenzar a hacer la cosa más llevable e interesante, creo que eso vale para todos.
Cuando Edipo vió la verdad de sus actos
prefirió quitarse la vista.

Pensaba en mi ciudad y el aire que la rodea. "Todo" parece estar impregnado de un cierto aire y, sin embargo, todo llama y este llamado es gozo.

Creo que tenemos un problema de hábitos pero, ¡qué difícil es cambiar los hábitos! Al menos los que no vale la pena sostener. Los hábitos se adhieren a nosotros, no hay personas particulares para ellos. Los hábitos lo son porque logran formarse y para eso necesitan de un cierto colectivo, un cierto ambiente que permita el habituarse. Creo que tenemos un hábito curuchupa colectivo.

Pero ciertamente son las personas particulares las que llevan a cabo los hábitos y son ellas mismas las que los deshacen (y sí, tal vez para adquirir otros). Esto toma tiempo, ¿el cambio generacional? (¿al menos cuando se está relativamente despierto?).

Por otro lado, los hábitos nos permiten sostener estructuras que nos permiten hacer ciertas cosas/otras cosas sobre ellos. Construimos sobre cierta habitualidad (entre otras muchas cosas y convenciones). En el caso presente creo vivimos tratando de hacer otras cosas pero el hábito curuchupa entorpece la construcción. Las estructuras que la rigidez curuchupa seguramente permitía ya están puestas, ahora hay que dejar las cosas correr. La reiteración del lamento muestra que la vida misma pide otra cosa.

Pero no creo en el diablo, ni en la nada o la pérdida,
así que,
inclusive ciego,
Edipo (cuentan),
luego vivió sabiamente.

Tenemos para rato y pinta emocionante. Habrá que salir también del curuchupismo emocional de "nada me puede chocar", "todo está bien en lo que dices", o "tengo que vomitarte esta sensación molesta porque no quiero pensar, cárgala tú" y comenzar a mover estructuras de acción, de pensamiento y estructuras personales. Y, en el hacer, también dejarse cambiar.

Después de todo, al que se ejercita, le crecen/ se le forman, los músculos.

Lo mismo vale para la pereza mental de demonizar la realidad, creer que hay cosas inútiles en ella (y no cosas esperando). La pereza sirve para descansar pero tarde o temprano se deja para hacer cosas.

A mi modo de ver,
es inevitable.

miércoles, 15 de agosto de 2012

Héroes, barruntados sobre

Hay máscaras que ocultan y máscaras que muestran.

Batman muestra y oculta al mismo tiempo.

Superman. Superman es particular. Aunque  tiene doble identidad su rostro siempre es visible cuando usa la capa. Tal vez porque él no perdió nada, no a la manera de Batman. De Batman sólo lo conoces por lo que dice, no puedes ver sus expresiones con facilidad. O tal vez porque Superman simplemente es invulnerable y Batman no. Fragilidad, humanidad.

La voz. Lo que Batman dice lo hace con una voz cambiada. Así como las bendiciones en las misas especiales, la voz se cambia para diferenciar la importancia de algún momento determinado. El disfraz y la voz al mismo tiempo aquí (y allá) ...Se sobreentiende lo de ocultar su identidad y el hecho de intimidar...

De Superman uno sabe lo que le duele, lo que lo alegra y así. Batman en cambio es un personaje más frágil?, temeroso? oculta lo que siente y sin embargo comparte con Superman el hecho de que su disfraz muestra quién es.

Perder la máscara es perder la magia, el encanto de mostrar u ocultar. La escena de Bane arrojando la máscara es grande y sin embargo en cualquier representación, inclusive rudimentaria, tendría un efecto muy poderoso. Algo pasa con las máscaras.

Yo creo que entre muchas cosas, en el caso de los superhéroes, las máscaras son representaciones de fuertes luchas y cosas valoradas en la vida de x presente. El héroe es estas valoraciones o se viste de ellas.

Por eso el héroe suele no morir. Alguien lo salva.

Tb, ya lo dije alguna vez, los poderes o el dinero de los héroes son la gráfica aguda de esas valoraciones que hace la sociedad o, en casos particulares, el autor (el super poder siempre ayuda a que algo viva). El autor suele ser la voz de sus tiempos. Creo que ni siquiera se hace con intención, eso es lo hermoso. Las historias nos cuentan. No podemos dejar de hablar sobre el mundo en el que vivimos y lo que entendemos y no entendemos sobre éste. Tal vez la ficción, como mera fantasía, es una cosa imposible.

El superhéroe trabaja por momentos pero es capaz de darlo todo en esos momentos. Sin embargo sólo está presente hasta acabado el problema, luego vuelve a la vida normal. Las ideas morales son similares, funcionan para sostener estrucuturas, dan sentido, pero si exageran este espacio se vuelven una molestia. Por eso el héroe desubicado es gracioso, ha perdido su sentido.

Es simpático que todo el cine sigue siendo mito, más complejo, menos complejo. Superman y Batman son el mismo héroe. Batman representa lo mismo pero más cerca de la realidad y sus complejidades. Superman, el héroe de la luz, es una representación más abstracta. Batman va asentando lo mismo en la realidad y entonces se viste de negro, esta no es clara y el tampoco es claro ante ella, sin embargo tiene cosas para defender.

Regresando a lo de cine y mito. Los mitos hablan. Hay un error, seguramente también cosas de valor, en al mirar películas o x historias, en el simplemente fijarse en la manera en que fueron contadas (y no en lo que cuentan). Eso está bien para mí pero comienzo a girar hacia el contenido. No importa lo mala que pueda ser una película, siempre esta diciendo algo sobre alguien o alguna situación (y siempre me dice o me pregunta algo). Por supuesto tengo mis gustos y límites. Pero toda película habla y quiere contar y decir algo.

Las películas son un fenómeno siempre social de exposición, valoración y pregunta.

El héroe es una abstracción, planteamiento y valoración de problemas y cosas. Gracias a Dios esto no se acaba porque lo comprendamos o no. Es un lenguaje que nos supera.

domingo, 12 de agosto de 2012

EL PRIMER CHICO. ¡Y el cajón ha desaparecido! ¿Veis como era el diablo?
ANDREA, volviéndose: No, he sido yo. Tienes que aprender a abrir los ojos. La leche 
está pagada y el jarro también. Son para la vieja. 

Bueno, y todavía no he respondido a tu pregunta, Giuseppe. Sobre un palo no se puede volar por los aires. Habría que tener al menos una máquina. Pero esas máquinas no existen aún. Quizá no las haya nunca, porque el hombre es demasiado pesado. Aunque, naturalmente, no se puede saber. Todavía sabemos demasiado poco, Giuseppe. Realmente, estamos sólo en los comienzos.
* Vida de Galileo. Bertolt Brecht

lunes, 6 de agosto de 2012

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Another rose wilts in East Harlem
And uptown downtown a thousand miles between us
She's waiting for the night to fall
Let it fall, I'll never make it in time

Another rose wilts in East Harlem
And uptown downtown a thousand miles between us
She's waiting for the night to fall
Let it fall, I'll never make it in time

Another rose wilts in East Harlem
And uptown downtown a thousand miles between us
She's waiting for the night to fall
Let it fall, I'll never make it in time

Sound is the colour I know, oh
Sound is what keeps me looking for your eyes
And sound of your breath in the cold
And oh, the sound will bring me home again

Sound is the colour I know, oh
Sound is what keeps me looking for your eyes
And sound of your breath in the cold
And oh, the sound will bring me home again

Beirut. East Harlem.