viernes, 25 de septiembre de 2020

Papel y otros: Astros

Para astronomía casera fui tomando en serio las inquietudes o cosas que me asombraban en de la vida cotidiana. 

En algún post anterior está la primera prueba, que fue el modelo de papel que expresa el movimiento de la tierra alrededor del sol y de la luna alrededor de la tierra. Se puede ver en la primera imagen aquí. Como contaba, la idea surgió de los impresionantes modelos que se ven en la película Ágora, cuando Hipatia da clase a sus alumnos. Quise poder replicar algo así de una manera sencilla, dado que checado en internet encontraba modelos en materiales que no habría sabido como trabajar aun.

                              

Junto a ese modelo está un cuadro de las fases de la luna y, si se mira bien, de la manera en que esta está ubicada en relación con el sol en cada una de esas fases. Lo vi en un vlog y me pareció una buena herramienta para tener a mano. A la vez, pero no he avanzado más, ubiqué en un corcho figuras equivalentes al Sol, Tierra y Luna para entender la manera en que la luz del sol las impacta en diferente momento y las partes que quedan sombreadas.

A la par de esa inquietud, buscando algo para expresar el modo en que el movimiento de traslación de la tierra afectaba la parte de cielo estrellado que veíamos, me topé con el video de un tipo con un paraguas tratando de expresar ese movimiento. Si bien no me convenció del todo su modelo para el tema de las estrellas sí me pareció fascinante para el modelo de la foto de la derecha, que expresa dos cosas: la manera en que nosotros creemos ver moverse los astros sobre nosotros y, lo que realmente está ocurriendo.

La figura de origami a continuación viene de lo siguiente: tengo un mapa estelar en el celular que me ayuda a reconocer las estrellas que observo desde la tierra. Siguiendo con la búsqueda anterior quise poder expresar la manera de "boveda" en que nosotros percibimos/experimentamos ese cielo estrellado. Para ello se me ocurrió tratar de dar esa forma de bóveda al mapa estelar que correspondía al cielo sobre mí en una hora determinada. No es un resultado muy feliz, pero me alegra haber dado con la intuición de ver el mapa como una bóveda para poder entender los puntos cardinales y ubicación de las estrellas que están graficados en este.

  

Este proyector a continuación es un poco más divertido y más práctico. De la idea de bóveda, que sería difícil o poco práctica de enseñar a un niño con un modelo (bastaría de decirle que mira arriba y se de cuenta de que tenemos una bóveda encima o tomar una olla y mostrarla al decirle eso con el cielo estrellado sobre nosotros), se me ocurrió que en cambio sí que sería fascinante poder proyectar el mapa en el techo de la casa. Así ya tendría la bóveda hecha (el techo de la casa) y, más bien, podría centrarme en mostrar las formas de las constelaciones y las estrellas que la conforman (proyectando la imagen de las constelaciones del mapa con la luz de un celular). Creo que este resultado es completamente feliz y práctico. Las fuentes de estas ideas son múltiples. La más importante viene de This Book is a Planetarium (de ahí vino la fascinación de poder proyectar), que complementé con la idea de las tarjetas intercambiables que vi en otro lado. Mi aporte es la mezcla de que el proyector tenga tarjetas intercambiables a las cuales pueda poner el nombre de cada estrella que conforma la constelación que estemos estudiando.


  

Casi para terminar, estaba viendo cómo, de manera casera, podía hacer un modelo que me permita mostrar dos cosas: la tierra con la inclinación de su eje, capacidad de rotarla y, tener un modo de a ello, agregar las franjas de cielo que se van sucediendo conforme nos movemos por traslación (esto último aun no está ahí pero es parte de lo que estoy buscando).  

 

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Papel: aerodinámica

Aquí el responsable es Miyazaki y su amor por los aviones. Cada uno también tiene su historia. Sin embargo (en Instragram de acuerdo a su fecha tienen más información), aquí diré que el primero, lo hice por su nombre: golondrina. Quise ver su agilidad, dado que me encanta el vuelo de estas. El segundo, no tenía nombre pero es un planeador. Bello, sencillo y mucho Miyazaki ahí. El tercero es un aeródromo. Lo recordé de un libro de aviones de papel y fui a buscarlo. Lo hice intrigado por la dirección del viento y la imagen del viento como una fuerza o un "sólido" y no como una nada (aquello con lo que termino asociando aun los gases).

    

Los siguientes tres, con el culmen en la cometa, son pruebas de pliegues más sencillos aun y la posibilidad de lograr vuelo o movimientos guiados. Me encantó descubrir que se puede hacer una cometa con una hoja A4.


Estos últimos son un regreso a formas en los aviones de papel y su capacidad de volar. 

Plastilina: dedos y más expresión

Con el regreso a mayor movilidad, he podido regresar a trabajar con plastilina. Durante el tiempo de pandemia es lo que menos hice. Es curioso que me he acostumbrado a hacer estas cosas en buses y no en la quietud del hogar. Lo nuevo de estos meses, que no ha sido mucho pero es bueno, es que me he comenzado a centrar más en aumentar la expresión, sea agregando más detalles a los rostros (sobre todo volumen en detalles vs la facilidad de hacer líneas) o, poniendo atención a la expresión de las manos. 

       

El tercero es Copérnico. Hace tiempos vengo pensando en la posibilidad de ir haciendo en plastilina figuras sobre las que leo o me llaman la atención y que me puedan servir para conversar después en alguna clase. Ya veremos.

Papel: títeres

Esta fue una exploración más hacia los inicios de la pandeamia. Actualmente me he concentrado más en las articulaciones del post anterior. Aquí la influencia ha sido el trabajo de Barnaby Dixon y la gran movilidad que le da a sus títeres. 

      

Dado que estoy explorando el tema del papel y cosas relativamente sencillas pero interesantes de replicar, me centré en crear títeres de papel que tengan agilidad de movimiento. Estas han sido mis primeras pruebas. Espero en el futuro poder volver sobre ello con más conocimiento. So far, ¡ha sido muy divertido!

Dibujo: el entorno y lo cotidiano

Me interesa poder seguir expresándome de manera clara, sencilla y bonita con el dibujo, así que he estado tratando de hacer un hábito el hecho de dibujar aquellas cosas que más me llaman la atención durante el día. Si fuera muy veloz, dibujaría muchas a la vez, pero, aun no lo soy y estos son algunas muestras de las cosas que me he detenido a captar.

  


    

Por aquí abajo exploro un terreno al que le quiero ir sacando más tiempo y espacio en mi vida: las tiras cómicas. Me parece fascinante la imagen de poder expresar ideas, emociones y situaciones cotidianas de este modo. Por ahora la idea es lo que se ve, un barruntado de curiosidad y aun no mucho más.

Papel: articulaciones

Han estado muy hablados los posts más recientes. 

Los meses de pandemia me permitieron alargar la exploración de juguetes con papel. No sé si los comparta todos (son tantos que me agobia pensar escribir sobre ellos) pero no pude evitar querer mostrar y dejar un registro más hablado de esta exploración: articulaciones de dedos. 


La idea la vi al genial Paper Patriot que, como he mencionado antes, tiene un canal en Youtube. Con sus sencillos principios pude hacer en el pasado una nave de Kylo Ren de papel con alas móviles y, luego,el modelo casero de los movimientos de la Tierra y la Luna. Intrigado por las posibilidades de aprender más me lancé a probar las articulaciones mano y dedos que ven acá. En las próximas semanas o días espero terminar las de esta mano.

                   

Hay más que decir pero quiero postear sobre otros de los caminos recorridos en estos meses: dibujo y plastilina.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Lecturas: Voces de Chernobyl

Comencé a leer "Voces de Chernóbil en septiembre del año pasado. Recuerdo que cuando lo hice me parecía algo tan extraño y fuerte toparme cosas como que el amor se vea lanzado al heroismo y la pérdida en un abrir y cerrar de ojos, o que la vida cotidiana parezca mantenerse normal pero, más allá de lo visible, la vida haya acabado como se la conocía por un accidente producido por desconocidos a kilómetros de distancia.

Voces de Chernóbil recoge más diez años de testimonios de quienes padecieron la explosión del reactor núclear ubicado cerca de Pripiat, en la actual Rusia, en el año mil novecientos ochenta y seis. Los relatos son presentados a manera de una polifonía de voces. Entre ellas es posible encontrar a heroicos liquidadores, bomberos, esposas, hijos de todas las edades, ancianos granjeros, profesores y más. O sea, la totalidad de habitantes de un poblado por decirlo más brevemente.  

Su estilo de narración pretende ahondar en la tragedia personal y psicológica de los afectados. A ello ayuda su forma, que expone estas voces a manera de monólogos en lo que la autora, le periodista Nobel, Svetlana Alexievich, es invisible. Solo será conocida por las preguntas que los narradores le formulan de vuelta, sin respuesta alguna de su parte. Como si estos hubiesen estado pensando en voz alta para sí mismos. 

Eso me lleva a comentar un poco mi experiencia del libro: el texto es invaluable, por cuanto tiene testimonios directos de quienes padecieron el atroz accidente. Dependerá, más bien del lector, la capacidad de digerir los dolorosos relatos que se recogen en él. 

En lo personal, me tuve que detener por un tiempo. No es una lectura en la que uno se pueda sumergir como en una novela. Es un texto que duele y jala, más bien. El hecho de que esté narrado a la manera de monólogos recopilados solo hace más inmersiva la lectura y la percepción de desconcierto que produjo y aun produce ese evento en quienes lo padecieron directamente.

Para quienes están más fuertes y buscan información, el texto será una bella y desgarradora polifonía que les permitirá dibujar mejor el mundo nuevo que nos reveló el accidente. Para los demás, como yo, solo puedo recomendar una lectura pausada y silencio.

Para cerrar: paradojas de nuestro mundo, meses después de que comencé a leer el libro estalló en nuestro mundo, el mundo de hoy, la pandemia del COVID -19 y rápidamente experimenté cómo lo incomprensible y distante de las historias contenidas en Voces de Chernóbil, de repente se asemejaban muchísimo a las historias que ahora tocaban las puertas de nuestras casas a escala global. 

Cierro con esta foto de posible mal gusto en la biblioteca del colegio. Ni la mascarilla ni el visor, fueron usadas como disfraz, como cualquier lector contemporáneo lo sabe. Quise dejar por aquí un documento de aquellas veces en que la ficción o lo distante, es tocado y superado por la realidad.