viernes, 27 de septiembre de 2013

(oldies curiosos)
Uno puede cerrar los ojos para no ver,
pero no puede cerrar los oídos para no oír.

No me refiero a esto sólo a nivel moral, me llama la atención esta posibilidad física como tal también.

Uno puede elegir lo que dice y lo que no dice.
Pero no puede elegir lo que siente o no siente. Sobre esto el cuerpo es sabio, pero nos falta mucho por aprender. Nuestro tiempo es el de la incultura emocional (yo tampoco estoy a salvo, pero lo veo). Las emociones fueron relegadas o fueron difíciles de doblegar y comprender y se las dejó.


viernes, 20 de septiembre de 2013

Tintoretto

Estaba leyendo de los cambios en la comprensión del espacio y el tiempo (y por lo tanto de la propia vida humana) durante el medievo y fui a dar a esta imagen. Simplemente espectacular uso de la perspectiva.

Jacopo Tintoretto, El milagro del Esclavo 1548

Durante una larga época, por lo visto, nuestras pinturas estuvieron limitadas a lo simbólico y no atentas a mundo de la perspectiva. Aquí vemos una de las primeras apariciones del giro hacia la perspectiva que, a la vez, conserva el lenguaje de lo simbólico. Es una irrupción simplemente espectacular.

La atención hacia la condición humana (El Cristo encarnado y sufriente, versus el inconmovible y firme Pantocrator) dió paso a la curiosidad por el contexto de lo humano y, con ello, al giro hacia la perspectiva. Tintoretto es una de las manifestaciones claras del giro (se puede ver la mejor representación de este entusiasmo en dos de sus pinturas: la última cena y el lavatorio de pies).

Tintoretto, La última cena


Tintoretto, El lavatorio