sábado, 30 de diciembre de 2017

Color y expresión

Siempre he dibujado con lápiz, lo hice desde que era niño hasta hace unos pocos años atrás. Quienes me conocen saben que dibujo por el gusto de hacerlo. Hay momentos en la vida en que uno ve un rostro, un movimiento, una pose o un lugar y simplemente se imagina captando esos trazos. Como siempre dibujé de niño pasé a ser un adolescente que no tenía demasiado miedo a dibujar. Inclusive a veces, cuando aparecía alguien "mejor" yo, me opacaba por algún tiempo pero el deseo de dibujar superaba, a los pocos días o semanas, esa sensación de fracaso. De ahí que pasé a ser un adulto que... también dibujaba.

En mi vida adulta el tiempo no siempre ha sido favorable, pero ese deseo perseveró. Recuerdo el día que sentí que "reconecté" con el dibujo, hace ya casi 8 años. Quería ver si mis nuevas experiencias de vida habían hecho de mi un mejor dibujante. Reconecté tratando de dibujar caricaturas que consideraba complejas. Para mi gusto me di cuenta de que podía hacerlo. Algo "había cambiado en mi" y ahora era capaz de dibujar los dibujos más complejos que miraba. 

 

Ese ejercicio que duró algunos días me dio la confianza para probar algo nuevo: tratar de expresar la realidad. A diferencia de muchos dibujantes, pero a semejanza de muchos adolescentes y niños, mi veta fue la caricatura. Tal vez era un terreno seguro: un dibujo ya diseñado por otros, unos trazos claros y una abstracción "ya hecha" del mundo. La caricatura tal vez era una zona segura. 


Así que ahora que me veía capaz de "mirar bien" hacia afuera quise probar mi habilitad. Y sí, logré un nuevo triunfo en mi camino amateur. Recuerdo dos situaciones: una larga espera en una sala chata de un consulado, en donde había apenas una pared blanca y un televisor. Gracias a Dios también había una puerta y, tras ella, un pasillo. Recuerdo que pensé que dibujaría mi salida de ese terrible aburrimiento y así lo hice. Y no solo eso, sino que ese bendito pasillo me enseñó, a golpes de aburrimiento, lo que era la perspectiva. 

La cosa ocurrió así: yo recordaba esa imagen del dibujante que toma su lápiz, lo levanta y lo coloca de manera horizontal o vertical ante sus ojos, como buscando captar algún angulo de lo que ve delante de sí. Ya alguna vez yo había intentado el mismo gesto pero no comprendía bien cual era su sentido. Llegué a descartarlo como un gesto meramente excéntrico y caricaturesco, y yo era más bien una persona reservada. Sin embargo, esa sala de espera, esa maldita sala, era tan aburrida, taaan aburrida. Así que me puse a dibujar. Cuando acabé con la pared me metí con el pasillo y entonces, tratando de expresar lo que veía levanté el lápiz, miré y... comprendí. Así me fue posible el pasillo. Desde ahí no siento pena por levantar un lápiz para orientar mejor mi visión de las cosas.

              

La segunda imagen en que me descubrí capaz de captar la realidad fue también en una sala, esta vez una sala llena de computadores. En ese momento estaba atorado en la escritura de algún texto de mi tesis. Motivado por mi logro pasado quise medirme de nuevo. Y me pareció que tuve otro "éxito". Así, sintiéndome equipado para dibujar la realidad, me fui lanzando a cosas nuevas. Recuerdo que uno de mis "triunfos" posteriores fue un dibujo más realista de un pasillo, unas plantas y un árbol afuera de la biblioteca donde escribía mi tesis. El realismo que encontré en él me hizo sentir que había logrado algo digno. Había "subido" un peldaño en mi propia capacidad. Así llegué al color. Pero para eso debo hablar de los árboles .


Los árboles, los benditos árboles están llenos de hojas. Mi inclinación siempre había sido el detalle. Si dibujaba bien los dibujos más complejos era porque captaba las líneas que había ahí. Si ahora dibujaba con cierta atención la realidad era, también, porque captaba rasgos generales de las cosas que tenía frente a mi. Pero ¿cómo puede uno dibujar miles de hojas? y ¿cómo dibujar hojas que uno ni siquiera logra distinguir? Quedé atorado. 

Parte de captar detalles y no saber dibujo pero ser un entusiasta es ignorar la teoría. Nunca supe de sombras ni sombreado, nunca me interesó tampoco. Las cosas eran rasgos. ¿Para qué llenar los espacios con una textura que no veía del todo bien ni comprendía? Pero el interés ganó. Leí algo de arte, y recuerdo que alguien mencionó algo del arte del engaño. No me chocó pero no había reparado lo suficiente en ello. Comencé a mirar con más atención imágenes en donde aparecían árboles y me di cuenta: era verdad, había insinuaciones, infinidad de insinuaciones. Ah, malditos pillos! Ahí, entre otras cosas, nació mi curiosidad por el color.

Llevo poco tiempo usándolo pero noto la vida que transmite. Cosas me costaba tanto expresar con un lápiz se vuelven algo lleno de vida por acá. Y comienzo a notar el sentido de las sombras. Son solo más color. La realidad está llena de colores. Cuando miro una hoja, por ejemplo, ahora ya no solo veo una hoja, inclusive la más simple y uniforme cuenta con varios tonos de verde en su parte más plana. Parte de ella siempre es una sombra. El verde claro que “yo sé” que hace parte de la estructura de la hoja se troca en verde oscuro para la visión atenta. 

En fin.

Todo eso para decir que, a partir del color, en estos días estaba reconectando con el gusto por la caricatura. El puente final fueron los dibujos de Macanudo de Liniers. Su colorido simplemente te atrapa.  Aunque debo admitir que los detalles que descubrí en los dibujos de Quino también me fueron hipnotizado de vuelta hace unos cuantos años (por aquí hay algún verso libre en el que menciono los vestidos de Mafalda). 

Comparto aquí algunos de mis "logros" o búsquedas actuales con el color y el regreso a la expresión. Expresan algunos de esos momentos en que descubro con alegría y tranquilidad que ahora entro y salgo entre varios lenguajes. ¡Qué agradecido estoy de sentirme un tonto entusiasta!

Estos dos están hechos directamente con lápices de color acuarelables y acuarela.



Acá un momento de atención a los dibujos de una niña . Hace unos días vi los dibujos de una niña, a propósito de un evento en el que se celebraba la lectura en la biblioteca infantil de la Casa de la Cultura. Los niños y sus padres habían tejido una manta en donde bordaban, dibujaban o recortaban imágenes de los relatos leídos durante el año. Los de ella me causaron mucha gracia. ¡Eran tan simples y, a la vez, tan expresivos! Aquí la imagen de la copia que hice de dos de sus dibujos. (Quien dibuja entenderá el gusto que da tratar de expresar lo que otro ha hecho y no contentarse con una fotografía).


Me topé de nuevo con los comics de Ricardo Siri-Liniers/Macanudo. Me impresionó y causó mucho gracia la imagen de este bus andando como en el aire.


Me hizo pensar en todas las veces que traté de dibujar los buses de Quito con fidelidad, cuando tal vez lo que buscaba era poder expresar de manera sencilla su presencia en mi vida.

Los de acá son divertimentos en mi diario.



Sobre Macanudo. Creo descubrir que las personas en Macanudo suelen ser caras "tipo" reducidas a la pura gracia. Aquí dos "besadores".


También me gustan sus peinados extraños y comunes, la ropa típica (los hombres con traje me matan de gusto y gracia) y la versatilidad en el movimiento de sus dibujos. Esa versatilidad a la manera de los dibujos de la niña de arriba... no tan preocupada por la perfección de la realidad del cuerpo sino de la expresión.


Esta viñeta de los pinguinos que bailan está incompleta pero es una de mis favoritas. 


Y no podía faltar: uno de los hombres enamorados de Macanudo. Me falta retocar las flores pues ahí parecen helados. Esos son otros de mis naturales preferidos.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Poli política

Cada vez que trato de seguir sucesos en la esfera política con atención, noto la excesiva atención que se le da a las expresiones emocionales, caprichos y pataletas de los personajes que la habitan. Y, por supuesto, la manera en que la mayoría de estos personajes disfruta de esta frívola exposición. Cuando noto esa excesiva atención, por supuesto, tiendo a querer suprimir mi atención, hacer a un lado toda referencia a los  temas tocados y olvidarlos. Eso, hasta que la excesiva necesidad de atención que el tema o los personajes suscitan vuelve a explotar y uno se ve forzado a mirar de nuevo.

¿Qué hago si el conocimiento de nuestro mundo político me -y nos- aporta tan poco? En algún texto anterior ya mencioné mi perspectiva del problema: el ciudadano de a pie que soy yo y, aquellos con los que me topo, nos encontramos entre dos tendencias: una, analizar el espectro político como quien mira un partido de fútbol desde el graderío (un ejercicio cuya única actividad es informarse y comentar) o, dos, pasar a ser un jugador demasiado metido en el juego, incapaz de mirar alrededor, ni replantear su juego una vez que se ha metido en él. A mi modo de ver, dos posturas que habitan convenientes y rígidos extremos.

¿Por qué escribo estas palabras? Quiero comenzar a definir desde dónde miro y participo yo. Dado que no deseo ser parte del excesivo análisis de nuestro "fútbol político", ni tampoco deseo ser un actor político -en uno de los extremos-, quiero expresar los caminos que sí llevo explorando para afrontar el tema (pues estoy consciente de que la política, la vida en común, es inevitable y, además, es el plano sobre el que sustentamos  nuestra particulares vidas y metas).

¿Desde dónde participo? En primer lugar, lo hago desde mi talante, intereses y preocupaciones. Desde hace mucho tiempo experimento que nuestro mundo político es un camino tan extraño, voluble, y complejo en sus caprichos (un teenager reprimido) que tengo claro que para abordarlo, al menos, lo debo hacer desde el gusto y no desde el mero deber, el desamor o la mala comprensión. ¿Cuáles son esos caminos por los cuáles sí me relaciono con esta realidad política? Tiendo a ir por dos lugares: la comprensión y la experiencia.

La comprensión

Deseo comprender por qué esta larga reincidencia  de la política teenager en el país. Si va a ocupar mi mesa comunitaria, familiar, de trabajo y de joda, deseo que, el menos, la conversación sea algo más que una aburrida conversación de ocasión que siempre vuelve a comenzar o se pierde en wishful thinking (o su versión emo: las autocomplacientes lamentaciones).

¿Qué hago desde la comprensión? Me acerco reforzando lo que sí me gusta conocer: la filosofía, la historia, el arte y la pedagogía (los tres últimos en sentido amplio, esto es, desde distintas ramas y desde una cierta aplicación lúdica o práctica de ellas). La filosofía: la uso porque pude estudiarla y gustarla. Al hacerlo me atrapó llevándome a apreciar que casi todo lo que hacemos está vinculado de una u otra manera con ideas filosóficas. Simplemente es fascinante poder descubrir las ideas o conceptos que orientan nuestro hacer. Por supuesto, nada de eso ocurre en un estado "puro" pero descubro que hay claridad. La historia, en mi caso, porque es el contexto de la filosofía. Eso me lleva al arte y la pedagogía.

El arte. No separo al arte en mera historia del arte sino que lo comprendo como un modo de expresión. Como modo de expresión me interesa por el simple gusto lúdico de intentar expresar cosas saliendo de la esfera del discurso racional. A la vez, porque todo discurso racional está vinculado con prácticas y toda práctica es...expresión. La pedagogía, porque me fascina conocer y, dado que no se de arte pero investigo y me gusta jugar, me llama la atención observar la manera en que expresar las cosas de un modo u otro conduce a nuevos modos de aprender, expresar y relacionarse. A la vez, pedagogía porque siento que nuestro lenguaje referencial es muy corto pero que, a la vez, estamos ávido de concreción, conocimiento y movimiento.

Creo que tomar la esfera del conocimiento así (porque es mi forma de ser, ¿qué se le va a hacer?) me permite mirar a la esfera política como un tema específico de atención y conversación y no como una pérdida de tiempo cercana a la magia (creer que enunciar palabras cambia la realidad), lo onírico (hablar desde wishful thinkings maleables, entretenidos -hasta apasionados- pero desvinculados de efectos posibles y concretos sobre la realidad inmediata) o al fanatismo (la cerrazón en una postura onmicomprensiva/"todo es político", rígida y poco dialogante).

La experiencia.

Gran parte de mi "distancia" respecto al problema político tiene que ver con la manera en que se aborda. Los espectadores-ciudadanos del lado en el que estoy, hablan de los actores en la cancha pero no parecen pisar de manera más amplia la cancha, ni conocer (o desear conocer) el estadio en el que están (que es el que a la larga les permite conversar sobre nuestra específica realidad política).

¿A qué me refiero? Llevo años cerca del trabajo en periferias. Algunos de ellos en Ecuador, otros fuera del país. Sobre todo en Ecuador, que es mi terreno, noto la distancia que hay entre quienes hablan del problema político y quienes ni siquiera aparecen en esa conversación: las personas en las periferias. Sin embargo, a la hora de definir líderes, metas o leyes, se dice que quienes terminan decidiendo las cosas son estas personas de las periferias. Normalmente se las llama "gente del pueblo", "masa", "ignorantes", "cholos", "indios", dependiendo de nuestro estado de ánimo.

En lo personal, me llama la atención al trabajar con "ellos" -los adultos, jóvenes y niños que hacen a las personas de la periferias- los encuentro tan lejos de los ciudadanos "informados" que hablan de política que, cuando me conocen (soy un blanco/mestizo clase media -en el lenguaje rápido y objetivo del guayaco-) creen que soy extranjero. Siempre. Eso es distancia. Efectivamente, personas que "se ven como yo" o crecieron en el mundo que crecí yo van poco por allá/vienen poco por acá. Siempre hay/tienen/tenemos razones.

¿No es contradictorio atribuir a un grupo grande de personas la causa de las malas decisiones y, sin embargo, ignorarlas, no "formarlas" o, ni siquiera conocer su entorno, su mundo? Realmente no creo expresarme desde un punto de vista de justicia social sino desde la mera lógica.

¿Qué tiene que ver esto con la comprensión desde la experiencia? Pues yo creo que tiene todo que ver. Si una parte importante de las decisiones que se toman viene desde las personas de las periferias pues debemos conocer a las personas de las periferias. Y no solo eso, sino, comprender el contexto que es la periferia pues algo debe pasar ahí si se dice que produce gente maleable al mejor discurso o postor.

Sigo en otro momento, se acabó el tiempo por ahora.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Dalí

"The first man to compare the cheeks of a young woman to a rose was obviously a poet; the first to repeat it was possibly an idiot."
Salvador Dalí.
No conozco a Dalí aun, ¡pero esa frase es grande!

sábado, 18 de noviembre de 2017

Guayaquil como no lectora

Apreciado amigo, 

Creo que con este post comienzo una serie de entradas desde las cuales pretendo refutar o cuestionar una afirmación que considero cierta, si se trata de hablar de una realidad inmediata, pero falsa, absurdamente falsa, o que me merece mejor revisión, si se trata de comprender las causas de ese presente o las posibilidades.

Creo que la afirmación que voy a comenzar a seguir es la siguiente: "en Guayaquil la gente no lee". A veces también pienso que debería acompañarla de la afirmación "en Guayaquil no hay esperanza".

Vamos a ver cómo me va.

martes, 26 de septiembre de 2017

El Pueblo

De paso porque no hay más, pero hay que decirlo.

Una palabra muy gastada y, sin embargo, desconocida. En Ecuador se alude al "pueblo" para decisiones democráticas. Se considera, sin embargo, al pueblo, muy a la manera nuestra, desde la magia y dignidad que creemos que la simple enunciación de la palabra pareciera dar. Pero... ¿Qué quiere decir pueblo desde una perspectiva no demagógica?, ¿Cuáles son los requisitos de un "pueblo" democrático serio? Ese pueblo al que se invoca (y decide) pero que aun no somos (somos un amasijo de intereses mezquinos y distantes, aun como animales que se gruñen con temor, que acuerdan algo y salen corriendo aun) y para lo que no veo un esfuerzo espontáneo de construcción. ¿Dónde está todo el mundo?

No hay pueblo si no hay un lenguaje común. No hay lenguaje común si no se toma en serio que todos valemos algo y que participamos, nos guste o no (¡es inevitable!) en la construcción o continuación de una forma de ser y hacer.

Hay algo en ese "unos sobre otros", en ese otro "unos a pesar de otros" que es una omisión importante.

Pero este texto no busca explayarse en percepciones. Estas son solo el punto de partida de más información a comparar. Tal vez algún día tenga ya los insumos suficientes para decir algo que merezca la pena escuchar. Por ahora solo percibo la anomalía y me esfuerzo por conocer lo suficiente para entender mejor y tener algo que decir al opinar.


domingo, 10 de septiembre de 2017

Pessoa, Caerio

Este es un poema de Alberto Caeiro que siempre viene a mi mente cuando experimento un discurso social con carga ideológica fuerte. No sé si sea porque mi cuerpo "se pone en off" al escuchar a personas que hablan así, o porque realmente concuerdo con la manera en que Pessoa siente estas cosas.

"Ayer por la tarde un hombre de la ciudad
hablaba a la puerta de la fonda.
Hablaba conmigo también.
Hablaba de justicia y de la lucha para que haya justicia
y de los obreros que sufren,
y del trabajo constante, y de los que tienen hambre,
y de los ricos que sólo tienen espaldas para eso.


Y al mirarme vio lágrimas en mis ojos
y sonrió con agrado, creyendo que sentía
el odio que él sentía, y la compasión
que él decía que sentía.


(Pero yo apenas lo escuchaba.
¿Qué me importan a mí los hombres
y lo que sufren o suponen que sufren?
Sean como yo: no sufrirán.
Todo el mal del mundo viene de preocuparnos los unos por los otros,
sea para hacer el bien, sea para hacer el mal.
Nuestra alma y el cielo y la tierra nos bastan.
Querer más es perderlos, y ser infeliz)


En lo que yo estaba pensando
mientras el amigo de los hombres hablaba
(y eso me conmovió hasta las lágrimas),
era en cómo el murmullo lejano de los cencerros
aquel atardecer
no parecía las campanas de una pequeña ermita
donde fueran a misa las flores y los regatos
y las almas sencillas como la mía.


(Alabado sea Dios que no soy bueno,
y tengo el egoísmo natural de las flores
y de los ríos que siguen su camino
preocupados sin saberlo
sólo por florecer e ir corriendo.
Es ésta la única misión en el mundo,
ésta: existir claramente,
y saber hacerlo sin pensar en ello.)


Y el hombre se calló, mirando al poniente.

¿Pero qué tiene que ver con el poniente quien odia y ama?"


Disiento, si toca explicarme, de la perspectiva "egoísta" que Pessoa expresa y, sin embargo, concuerdo con él en la gran distancia que experimenta respecto a su interlocutor.

Este poema expresa esa percepción de "estar totalmente en otro lado" en la manera de responder a problemas sociales. Creo que vivo mis respuestas a problemas sociales de otra manera (desde el gusto de momentos compartidos, los procesos de acompañamiento y la pregunta crítica y constructiva).

He decidido copiarlo acá para poder acceder a él con más facilidad porque esa sensación que me produce aun aparece y he necesitado citarlo ya en varias ocasiones.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Una resonancia a propósito del artículo de Frei Betto La esperanza en tiempos distópicos.
A los más pobres, apremiados por la preservación inmediata de la vida biológica, la ausencia del Estado (escuela, cultura, etc.) los lleva a buscar ciudadanía en la pertenencia a la iglesia y derechos sociales en los servicios que provee el narcotráfico.

viernes, 25 de agosto de 2017

Blade Runner de Ridley Scott

(espero continuarlo. el tiempo no me da...)
I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I've watched c-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those ... moments will be lost in time, like tears...in rain. Time to die.
Palabras finales del androide Roy Batty en Blade Runner de Ridley Scott (1982). Inspirada en la novela Do Androids Dream of Electric Sheep? de Philip K. Dick (1968)

Me parece una expresión brillante. En unas pocas líneas de diálogo Ridley Scott elogia de manera hermosa la particularidad de la experiencia, ese modo único en que cada uno experimenta el regalo de existir.

Zoon politikon, Anita Arendt y el diálogo como forma de vida

La definición aristotélica del hombre como zoon politikon no solo guardaba relación, sino que se oponía a la asociación natural experimentada en la vida familiar; únicamente se la puede entender por completo si añadimos su segunda definición del hombre como zoon logon ekhon («ser vivo capaz de discurso»). La traducción latina de esta expresión por animale rationale se basa en una mala interpretación no menos fundamental que la de «animal social». Aristóteles no definía al hombre en general ni indicaba la más elevada aptitud humana, que para él no era el logos, es decir, el discurso o la razón, sino el nous, o sea, la capacidad de contemplación, cuya principal característica es que su contenido no puede traducirse en discurso. En sus dos definiciones más famosas Aristóteles únicamente formuló la opinión corriente de la polis sobre el hombre y la forma de vida política y, según esta opinión, todo el que estaba fuera de la polis esclavos y bárbaros  era aneu logou, desprovisto, claro está, no de la facultad de discurso, sino de una forma de vida en la que el discurso y sólo éste tenía sentido y donde la preocupación primera de los ciudadanos era hablar entre ellos.
ARENDT, Hannah, La condición humana, traducción de Ramón Gil Novales, Espasa, Barcelona, 2005, p.54

viernes, 18 de agosto de 2017

El sentido de una oveja (sobre Do Androids Dream of Electric Sheeps? de Philip K. Dick)

(post en proceso)


     'Do you know where she went?' he asked.
     'To the museum. She wanted to see the Edvard Munch paintings.'
(...)
     They were inside the museum now, and Resch stopped in front of a painting. It showed a hairless creature standing alone on the bridge. Its hands were held over its ears in horror and its mouth was open in a soundless scream.
     'I think,' Phil Resch said, 'that this is how an android must feel. I don't feel like that, so maybe I'm not an...' He stoped as other people came near them.

La cita pertenece a la novela corta Do Androids Dream of Electric Sheep? (1968, C.5) de Philip K. Dick (EE.UU.,1928-1982).  La película Blade Runner (1982), dirigida por Ridley Scott, está basada libremente en este relato. Por necesidades, felices, de la vida pude leerla en estos días.

Había escuchado el nombre de Philip K. Dick al conversar y buscar cosas de ciencia ficción. Lo oía como un autor vinculado con el género pulp (revistas de fácil elaboración y difusión generalmente centradas en temas de ficción) y, en particular, como uno de aquellos autores cercanos a la especulación sobre la inteligencia artificial y futuros distópicos de la humanidad. Ojeando un poco información sobre él en Wikipedia, me topé con que es tan reconocido como Bradbury, C. Clarke o el propio Asimov.

Este es el primer relato suyo que leo. En él, Rick Deckard, un policía segundón, es solicitado para la cacería de seis androides fugitivos del planeta Marte. Durante su búsqueda Deckard tendrá experiencias que lo llevarán a cuestionar dos cosas: la primera, ¿pueden los androides sentir y, acaso, ser mejores en "calidad humana" que algunos seres humanos? y, la segunda, ¿qué es realmente la realidad?, ¿cómo saber si él mismo no es un androide con una falsa memoria implantada?

Entiendo que el segundo tema, el cuestionamiento de nuestra percepción de la realidad, es algo más común en la obra de Dick (1), por lo que para este post me limitaré a navegar en la primera pregunta.

El mundo de Rick Deckard
La Tierra en la que vive Deckard es otra versión de nuestra tierra en el año 1992 (2). En ella, la humanidad fue incentivada a emigrar fuera del planeta debido a una catástrofe mundial llamada Guerra Mundial Terminus. En la Tierra solo quedan dos tipos de seres humanos: aquellos que ya han sido afectados por la radiación producida por esta guerra, que serán llamados "specials" o "chickenheads" y, aquellos que no pueden pagar el hecho de comenzar una nueva vida fuera de ella. Rick Deckard pertenecerá al segundo grupo.

Un hecho que llamó mi atención de manera particular fue que ser propietario de un animal es considerado algo muy valioso debido a que estos encuentran prácticamente extintos (no me pregunten por qué habría propietarios particulares si estos son tan valiosos). Para el caso, Deckard será propietario de una oveja eléctrica, una simulación de oveja, a la que mantiene por ser un necesario signo de status y humanidad entre los supervivientes.

Y ese es uno de los puntos de la novela. Rick Deckard desea sentirse humano. Desea tener una oveja para sentirse como uno más de sus vecinos. También, desea tener una oveja real para ser admirado y querido por su mujer, Iran.

Iran, su conviviente, parece limitarse a vivir dentro de unas pocas paredes y busca el consuelo de dos maneras: el uso de una máquina que produce estados emocionales (tuve presente Un mundo feliz de Huxley) y, la participación en un culto religioso virtual llamado Mercerismo.

La experiencia de Deckard con los androides será compleja. Para comenzar, viajará a la matriz de la Corporación Rosen. En ella será recibido por Rachael Rosen, una muchacha joven, guapa y combativa con unos llamativos ojos negros que será la encargada de guiarlo a Eldon Rosen, el dueño de la Corporación. Algún tiempo de conversación entre los tres llevará a Deckard a descubrir que Rachael es también una androide. Sin embargo, sabrá también, Rachael no lo sabe. Eldon Rosen le ha implantado una falsa memoria. Considera que eso le permite tener una mejor experiencia de la vida, lo cual, a la vez, le permite realizar mejor sus funciones. Deckard considera desconcertante la experiencia. Rachael no sólo le ha parecido hermosa sino, también, interesante. ¿Por qué habría de quitar una vida como la de ella? Rachael no estará en su lista pero Deckard ya ha sido tocado en su sensibilidad sobre el valor de la vida de los androides.

Sin embargo, no todos los eventos posteriores llevarán a Deckard a reflexionar. Su lista de cacería constará de seis nombres: Polokov, Luba Luft, Garland, Pris, Irmgard y Roy Baty. Con el primero, Polokov, sólo tendrá un diálogo mínimo que desembocará en un rápido enfrentamiento de vida o muerte. La experiencia interesante la vivirá con Luba Luft, una androide con una bella voz que ha logrado un trabajo en una compañía de Opera. Luba Luft, simulando ser humana, hará arrestar a Deckard por irrumpir en su camerino para hacerle preguntas personales. Será la primera en contrarrestar las preguntas de Rick y devolverle la pregunta: y, ¿qué te hace creer a ti que no eres un androide?, ¿cómo sabes que no tienes tú también una memoria implantada?

     Do you think I'm and android? I'm not. I've never been to Mars. I've never even seen an android!' She was trying to stay calm. 'Have you got information about an android here in the opera house? I'll help you. If I were an android, would I help you?
     'An android,' Rick answered, 'doesn't care about other androids. That's one of the signs we look for.'
     'Then,' Miss Luft said, 'you must be an android.'
     This stopped him; he stared at her.
     'Because,' she continued, 'your job is to kill them, isn't it? This test you want to give me...' Her voice was growing stronger. 'Have you taken it?'
     'Yes. A long time ago. When I first worked for the police.'
     'Maybe that's a false memory. Don't androids sometimes have false memories? I'll take the test if you take it first.'

(...)

Aun quisiera decir algo más sobre las razones de que el género se llame Ciencia Ficción. En Gadamer encontré alguna vez una noticia sobre esto. Ya regresaré para retocar el post.

(1) La idea de las falsas memorias implantadas la explora en We can Remember it for you Wholesale que dio lugar a la película Total Recall (1990) protagonizada por Arnold Schwarzeneger y al actual "reboot" protagonizado por Colin Farrel (2012).  Sospecho que Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) también toma cierta inspiración de ahí.

(2) Cosa curiosa: José Saramago tiene un bello poema apocalíptico llamado El año de 1993.

lunes, 7 de agosto de 2017

Murales

(Algunas notas sobre el reciente mural de Mujeres Creando. No se refiere a la muestra pues no la he podido conocer.) Actualmente el texto está en revisión para posible colaboración en espacio digital.

Comparto unas impresiones sobre el reciente mural "Milagroso Altar Blasfemo" del colectivo boliviano Mujeres Creando. Las hago sin mirar los videos de las declaraciones de los artistas o de la curadora del Centro Cultural Metropolitano. Lo hago así creyendo que de esa manera puedo expresar mejor lo que llevo dentro/encima y que el mural me permite "sacar fuera". No comentaré todo el mural, pues no lo he podido ver sino a través de un video y fotos de tamaño mediano en internet. Me limitaré a hablar de algunas imágenes que en particular pude ver mejor y llamaron mi atención.

(Tomada de Diario el Telégrafo)

1. La Virgen María. Me sorprendí de hallarla resignificada. Pensé que al ser un mural "blasfemo", anti institucional, echaría por la borda todo. Sin embargo, María seguía ahí, ahora desnuda y crucificada. María ahora hablaba y valía desde una forma cruda de ser mujer. "María llena eres de rebeldía" grita una frase debajo de ella. Curiosamente me recordó al Magnificat (Lc 1, 46-55) que María recita cuando visita a su prima Isabel (1). Lo copio a continuación para que nos podamos hacer una mejor idea de lo que ese canto evoca. Noto absoluta similitud en el énfasis en la rebeldía, aunque para el caso del Magníficat, el canto evoca los deseos del pueblo judío.


María dijo:

   —Mi alma canta la grandeza del Señor,
  mi espíritu festeja a Dios mi salvador,
  porque se ha fijado en la humildad de su sirvienta
   y en adelante me felicitarán todas las generaciones.
  Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí,
   su nombre es santo.
  Su misericordia con sus fieles se extiende
   de generación en generación.
  Despliega la fuerza de su brazo,
   dispersa a los soberbios en sus planes,
  derriba del trono a los poderosos
   y eleva a los humildes,
  colma de bienes a los hambrientos
   y despide vacíos a los ricos.
  Socorre a Israel, su siervo,
   recordando la lealtad,
  prometida a nuestros antepasados,
   en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.



2. La Madre Dolorosa. Es indicada, no es retratada con fidelidad, no es su punto. Sin embargo, se entiende que hace alusión a "la Madre Dolorosa", una particular advocación de la Virgen María que es también conocida como "Nuestra Señora de los Dolores, que tiene un significado especial para los católicos practicantes del Ecuador, sobre todo para aquellos cercanos a la Compañía de Jesús y, más particularmente, al Colegio San Gabriel de Quito (2). A diferencia de la Dolorosa tradicional, que han visto si hicieron click en el link, la Dolorosa del mural se distingue por no llevar un hábito particular. Destaca también, al igual que la Dolorosa tradicional, un corazón de fuego y una corona de espinas; además, hallamos unos ángeles (feminizados también) que sostienen la frase "llora por las asesinadas". Como católico, no considero ofensivo el uso que se hace del  significado que evoca la Madre Dolorosa. Al contrario creo que se apropia de él pues "la Dolorosa" tradicional evoca a una María conmocionada por la muerte de su hijo.  Para el caso, "no me cuesta entender" que La Dolorosa del mural toma el sentido del dolor y lo dirige a la problemática de la mujer latinoamericana actual. 

3. Jesús 1, carga una cruz de penes. Me llama la atención que la imagen de Jesús no es irreverente, toma la tradición de la Pasión de Semana Santa, Jesús cargando con la cruz y la convierte en un una cruz de penes. De nuevo. Toma el lenguaje religioso, rescata al personaje central y lo resignifica, esta vez apuntando al problema social del machismo. 

4. Jesús 2, en el suelo con la corona de espinas. La imagen le agrega el estar atado con una cadena desde genitales a la Basílica de San Pedro, un signo de poder. La alusión, sin embargo, es a las caídas de Cristo con la Cruz. De nuevo, la imagen rescata al personaje y critica a la institución. El mensaje parece hablar de dureza y perversidad en la institución. No me parece que se dirige con sorna al personaje Jesús.

6. El Papa. En la imagen a la que me refiero está sentado en un sillón y lleva la mitra puesta. Es un símbolo de poder. Sin embargo, está desnudo, sostiene su pene y sonríe de manera perversa. Vuelvo a leer un ataque a la institución Iglesia Católica, no al contenido de sus creencias.

7. La ubicación. Aquí es donde necesito ayuda para interpretar el mural. Estuvo ubicado en la pared contigua a la Iglesia de la Compañía de Jesús. Además, desde una perspectiva histórica, no sólo estuvo ubicado en un muro que da contra la Iglesia de la Compañía sino que el muro en el que se realizó fue parte de la Universidad San Gregorio, una universidad colonial iniciada y gestionada por la Compañía de Jesús. 

Este último punto es el que me genera muchas preguntas. ¿Por qué ahí? De seguro se intuía que el mural iba a causar polémica, pero el ubicarlo en donde se lo hizo, fue como poner una bomba. ¿Por qué ponerlo ahí? ¿Se dirigía a los jesuitas el mensaje? De ser así, pienso en seguida, "parece que las autoras no conocen el trabajo de la Compañía de Jesús en el Ecuador". Por mencionar dos iniciativas: La Fundación Río Manta en Manabí, que lucha de la mano con muchas mujeres violentadas en Manta y, la Casa de Acogida de Hogar de Cristo en Guayaquil. Además, en ninguna de estas dos instituciones el rol se limita a acompañar a las mujeres (solapando, tal vez, la lógica machista) sino que se busca incidir (con mayores o menores resultados, con mayores y menores aciertos) en la lucha contra lógicas machistas que aplastan a la mujer. Los jesuitas, vecinos del mural, son una orden religiosa al servicio de la Iglesia Católica y, por lo tanto, parte de esa institución "macro" llamada Iglesia. Como primeros interlocutores el mural los pasaba de largo. ¿A quién se dirigía entonces?

Imaginaba a un amigo conservador mirando el mural. Estoy seguro de que lo miraría. Se preocuparía, de seguro, por la desnudez de María, por su desacralización (María, la pureza, la madre del Salvador, aparece desnuda, crasamente humana). Mi amigo tal vez no pensaría demasiado en el sentido de denuncia que expresa el mural. De seguro lo conoce. Inclusive puede que reconozca a algunas mujeres afectadas por lógicas machistas del pasado o del presente en su propia familia. Sin embargo, estoy seguro de que se olvidaría de ello por ir a pelear con las artistas del mural. Por supuesto que entiendo que mi amigo tiene un problema pero estoy pensando en nuestros ciudadanos como son, no como deben ser (3). Eso me lleva a la estridencia que percibo en el mural. Este no menciona los caminos que existen, aunque no es su obligación tampoco, lo entiendo. Pero cuando denuncia lo hace desde el cliché: Iglesia "mala", mujer "buena", Cristo "compañero sufriente y silencioso". Así, el mural rescata las figuras religiosas a las que hace referencia, las resignifica, pero las resignifica desde una idealización demasiado grande y acusadora que pasa por alto la encarnación humana, la Iglesia Católica, a la que alude. Siendo ese el caso no me extraña que haya tenido las reacciones, igual de estridentes, que generó.Y pienso al final: a culturas reprimidas, expresiones estridentes. La obra, hecha desde una generalización radical obtuvo un resultado radical. Lo considero lamentable.

Ahora bien, más allá de indicar nuestro nuevo lugar común "la necesidad de más tolerancia y diálogo", y de subrayar la necesidad de matices que percibo haría falta en este tipo de expresiones (si se quiere hablar de algo y no sólo gritarlo y recibir gritos de vuelta), creo que hay una segunda reflexión que se puede desprender de las reacciones que suscitó el mural y de la que he oído menos: el sentido del arte. Parecemos suponerlo en los demás. Lo noto mucho en las reacciones de carácter más público que tal mural generó. Las personas que reaccionaron de manera agresiva en contra de este (4) aludían irrespeto a sus creencias religiosas. La respuesta de los funcionarios públicos fue del tipo:"es legítimo que la obra de arte diga algo, así no nos guste, debemos respetar, todos tienen derecho a expresarse". Creo que la mayoría de los ciudadanos no entiende a qué alude cuando se dice esto y ahí hay una tarea pendiente si se pretende hablar de pluralidad y tolerancia. Creo que es petulante encontrarse con límites de comprensión ante el lenguaje y el sentido del arte y pretender que a la fuerza gran parte de la ciudadanía lo acepte porque se supone que todos lo conocen. El resultado de esta actitud, para el caso, fue la de perder: el mural fue removido aduciendo razones administrativas y todos a su casa. En el fondo quedó el mal sabor de un principio atropellado para unos y de una afrenta silenciada para otros. La tarea de la obra de arte apenas comenzaba y se acabó. Después de eso señalamiento va, señalamiento viene, en un curioso y curuchupa final.

A mi manera de ver lo ocurrido debe ser sólo el inicio de una discusión más grande y productiva: ¿qué se sabe del  sentido del arte en nuestra tierra?, ¿cómo lo promovemos? Con ello no me limito a lanzar un cómodo guiño a las instituciones públicas, sino que me refiero también a los ciudadanos que vimos cómo el asunto tenía más colores y terminó en una pequeña, aunque ruidosa, lucha de posiciones y aclaraciones. Creo que si el arte es valorado en el mundo, aun cuando muchas veces puede incomodar, ha sido porque tanto poderes públicos como personajes civiles enamorados, han comprendido su valor y se han encargado de compartir su sentido con otros, a pie, creando, haciendo y discutiendo en grupos cada vez más numerosos variados. Creo que tal vez, antes que una pelea ideológica, tenemos la tarea de buscar muchas y nuevas alternativas para la difusión y sentido del arte (o las inquietudes de fondo que se mezclan con este) en nuestro territorio. Quiero creer que desde la creatividad a la que nuestros límites nos invitan, podremos pasar a lenguajes menos estridentes, llenos de matices o, también, a respuestas menos estridentes para lo que debe ser un más amplio color emocional de nuestras vidas y discusión de la realidad. Tal vez ese camino genere los senderos indicados para llegar a los nombres y apellidos que cuentan, los de las que se fueron y se siguen yendo, los de las silenciadas, aquellas a las que no vamos a llegar ni servir bien desde una pelea ideológica en donde lo que falta es lenguaje por crear (5).

(1) Explorar el sentido del Magnificat haría mucho bien para continuar expresando y explorando el rol de la mujer en el mundo de hoy. No entiendo por qué hay que romper diálogos o limitar el uso de referentes en vez de fomentarlo.

(2) Para quien no lo conoce, la tradición católica ecuatoriana atribuye a la imagen de "La Dolorosa", el prodigio de haber abierto y cerrado los ojos el 20 de abril de 1906 ante un pequeño grupo de internos del entonces Colegio San Gabriel. Tal prodigio fue avalado por los canales religiosos competentes luego de pasar el debido proceso de investigación. A partir de ese momento se convirtió en una advocación promovida, de manera especial, por la Compañía de Jesús del Ecuador.

(3) La interensante observación la hizo Rousseau y la retoma John Rawls por si a alguien le interesa mirar hacia dónde puede conducir tal perspectiva.

(4) Digo agresivas porque su meta no era desaprobarlo sino removerlo.

(5) Creo que en una línea similar y muy rica de pensamiento vale la pena releer el artículo de María Cecilia Herrera, "Empatía desde el otro extremo", publicado en Gkillcity.

domingo, 16 de julio de 2017

Música. El arte de las musas



Música: del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], «el arte de las musas». De manera más concreta tuvo una diosa a la que se la asociaba, Euterpe (en griego Ευτέρπη, "La muy placentera", "La de agradable genio" o "La de buen ánimo"). Se la consideraba especialmente protectora del arte de tocar la flauta. Como las demás Musas era hija de Mnemósine y de Zeus.

La Iglesia Católica vincularía la música con Santa Cecilia (1).



Hendrick Goltzius, Euterpe, Las nueve musas (1592)



Carlo Saraceni, Santa Cecilia y el Angel (1610)


Gracias a Newen Afrobeat por la inspiración.

(1) Sobre historia de este vínculo: https://es.wikipedia.org/wiki/Cecilia_de_Roma

Incendies y Denis Villeneuve

Incendies (2010)

Director: Denis Villenueve
Adaptacion de la pieza teatral Incendies o La mujer que cantaba del dramaturgo líbano canadiense Wajdi Mouawad.

Trama: Dos hermanos libaneses regresan a su tierra para cumplir con la última voluntad de su madre.






Post en proceso. Contiene spoilers.



Me gustó mucho esta película. Hace muchos años, en Colombia, escuché de ella a propósito de los premios de la Academia. Asumo que también oí de ella entre los nominados del festival de cine de Cannes (festival que seguía con interés y que ahora me doy cuenta de que había olvidado del todo).

La película comienza con una escena en donde un niño está siendo rápado por un hombre. Detrás de ellos hay mucho movimiento. Parece que se encuentran en un lugar en guerra, en un campamento de soldados y que el niño es uno de aquellos niños secuestrados por guerrillas para ser adiestrados como soldados. De fondo suena You and Whose Army? de Radiohead. La escena avanza lentamente con un acercamiento a la cara del niño quien parece mirar a la cámara con furia.

(...)

Notas: el sentido equivocado del odio, la memoria, el amor como una decisión, guerra civil libanesa, Souha Bechara.

(...)

Identifiqué a Denis Villenueve después de ver Arrival y se ha convertido en uno de mis directores a seguir. En Arrival, adaptación del cuento The Story of Your Life de Ted Chiang, nos cuenta la historia de la aparición de naves extraterrestres en diferentes puntos de la tierra y la reacción de los seres humanos hacia su presencia. Desde la forma de la nave y los propios extraterrestres comenzamos bien. La nave será apenas una superficie semiovalada y grande, mientras que los extraterrestres serán unas figuras altas con varias patas llamadas heptápodos (por sus varias ¿patas?). La atención nunca se centrará en definir del todo su forma,

En concreto, se centra en la manera en que la lingüista Louise Banks y el físico Ian Donelly, inventan una manera de comunicarse con los extraterrestres.

(...)

viernes, 26 de mayo de 2017

Notas sobre Mariana de Jesús

Hoy se celebra la fiesta de Mariana de Jesús, también conocida como la azucena de Quito. 

Fuera del lugar común Mariana "tan devota", Mariana "su sacrificio", Mariana "la azucena", "Mariana se flagelaba", "roguemos para que santa Mariana..." hoy pude pensar en Mariana de Jesús como una joven quiteña viva y cautivante. 

Quiteña muy quiteña. Percibo a los quiteños, más que a mis compatriotas guayaquileños, como personas metidas de manera más seria en círculos de discusión que conducen a diferentes lugares de la ciudad y pensamiento (o sea, más allá del típico círculo de clase guayaquileño). Una persona que practicó de manera constante el ejercicio de martirizar su cuerpo, porque así lo vivía y pensaba el ambiente teológico de su época (y las pocas imágenes a las que podía acceder dado su rol de mujer) se me antoja una persona muy mental y apasionada. Una persona mental y apasionada en el Ecuador de hoy termina rápidamente vinculada a círculos de discusión. En Quito, de seguro, en espacios de discusión política. Dada la tenacidad de Mariana la entiendo como una identidad muy individual y, por ello, lejos de una ideología definida. Veía a Mariana muy política pero no metida en una línea partidista. Sin querer echarle flores veo a Mariana como concejala en algún momento de su vida.

La tenacidad y la individualidad de Mariana también me la presentan actualmente como una persona, más que cristiana, de crítica con sorna a los cristianos. Mariana tal vez nos mira con atención pero no nos cree. Si tiene fe, no es una fe de comunidad, es una fe de servicio y de cuestionamientos públicos fuertes.

Mariana vestía de negro, como los jesuitas de su tiempo. Quiso ser jesuita. En sus rasgos de juventud veo ese feo vestido negro que tal vez ahora sería un vestido negro con cierto estilo. Mariana se me antoja notablemente joven, vanidosa y fuertemente femenina en su tenacidad y deseo de diferenciarse e ir hasta el final.

En sus rasgos de juventud menos cargados veo su vihuela, la catequesis y el esfuerzo y vivacidad con los niños. También veo sus largas conversaciones con el hermano Hernando de la Cruz. De seguro en el tiempo actual Mariana sería consciente de su ambiguedad y gusto. De ahí que la vea como una persona divertida. Está determinada por algo pero el mundo de la fe es un mundo extraño. En su tenacidad se descubre mujer y se ríe un poco. Por eso creo que sí se llevaría bien con los cristianos y con mucha gente, a pesar de ser una mujer muy crítica.

En su jovialidad también identifico la azucena. Aun dice algo de cierta sensibilidad y delicadeza. Mariana canta y mira alrededor, se baja de su cabeza y sus ideas también. Cuida y embellece la ciudad. No sería tan amable respecto al cuidado, eso sí. La veo como una ciudadana que increpa los malos hábitos públicos, la destrucción del entorno quiteño.

Hoy María Ana, pues ese era su verdadero nombre, tal vez no se habría cambiado el nombre a Mariana. La descubro demasiado individual para ello. En el tiempo actual descubro a Mariana más cerca de rendir homenaje a sus padres con su nombre que lejos de él.

Levitación de Mariana de Jesús, Víctor Mideros

María Ana Paredes y Flores (1618 - 1645), nació en la Real Audiencia de Quito, fue huérfana de niña y criada por su hermana y su familia. Desde edad temprana fue introducida al ejercicio de la fe. En ella quiso destacarse por su práctica de piedad y servicio. Tuvo una bella voz. Fue inquieta respecto a la vida religiosa pero no ingresó a un convento. A su manera y acompañada por los jesuitas del lugar vivió una vida laica de mortificación y servicio. Murió a los 27 años. Su muerte se atribuye a un sacrificio: ofreció su vida en intercambio por la vida de un sacerdote que, preocupado por los movimientos telúricos que asolaban a Quito en aquella época, había prometido la suya. Se dice que en el lugar donde lanzaron la sangre que vomitaba durante su convalecencia creció una azucena, su flor favorita. 

jueves, 25 de mayo de 2017

Galaxia/ Vía Lactea

Hay un camino elevado visible en el cielo sereno;
lácteo es su nombre, pues destaca por su misma blancura; por él los dioses se dirigen a la morada del gran Tonante, la mansión real... (1)
Vía Láctea vista desde el desierto de Atacama

De acuerdo al mito griego, el dios Zeus (Júpiter en su version romana), en una de sus múltiples correrías, concibió un hijo con la mortal Alcmena. Este hijo fue Heracles (Hércules). Por ser concebido con una mortal no nació inmortal. Buscando una solución Zeus envió al niño con Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, para que beba la leche del seno de "su esposa" la diosa Hera (Juno). Cuando Hermes llegó donde Hera esta dormía, así Hermes hizo beber al niño del pecho de la diosa durmiente. Sin embargo, esta despertó al sentir la succión de su pecho y apartó al niño. De la leche derramada al apartarlo, se dice, surgió el rastro lechoso del cielo nocturno que hoy llamamos Vía Lactea. 

Los griegos llamaron a ese rastro "galactos kyklos", que quiere decir "círculo de leche". De ahí el origen, ya posterior, del término científico "galaxia" para denominar aglomeraciones de planetas y estrellas alrededor de un cierto núcleo. Con el tiempo, la palabra galaxia se irá independizando de esta primera concepción más particular -a medida que se descubren más círculos del mismo estilo en el cielo nocturno-. 

Una adaptación romana ulterior de la expresión griega denominará a ese rastro Vía Láctea que es el nombre con el que conocemos hoy nuestra galaxia específica.

En la imagen de Tintoretto que comparto aparecen Hermes, Heracles bebé y Hera en el momento que esta despierta y aparta al bebé derramando las gotas de leche que se convertirán en las estrellas que conforman nuestra Vía Láctea.   

Tintoretto, El origen de la vía Láctea

Siempre quise leer los mitos griegos de Robert Graves pero se me escapaban de las manos. Armando este post leo que su narración es diferente a la historia que evoca la pintura de Tintoretto. En el mito narrado por Graves Hera es conducida hacia el niño, quien ha sido abandonado por Alcmena (temerosa de la reacción de Hera). Hera le da de lactar, pero aparta al niño debido a la fuerza con que este succiona su pecho.

Dato curioso: la página del Museo del Prado hace un comentario interesante sobre una advocación medieval de la Virgen María, llamada Virgen del Sufragio, que evoca al mito griego desde una variación cristiana. Debido a la confusión que generaba, nos cuenta el video, el Concilio de Trento "dio de baja" a esa advocación. 


Pedro Machuca, Virgen del Sufragio

Una nota adicional. Manejamos un champú/shampoo de nombres griegos y romanos mezclados para referirnos a los dioses griegos. Yo tampoco los distingo del todo bien. En este post he acentuado los nombres griegos, que son los más comunes para todos, por sobre los romanos sólo para comenzar a acostumbrarme a identificarlos bien en una sola tradición. Desgraciadamente eso lleva a que perdamos a Hércules por Heracles, que es un nombre menos común. Lo prefiero a escuchar a alguien atónito preguntarme quién es Júpiter cuando al decir Zeus la referencia se entiende de golpe.

(1)  Ovidio, Metamorfosis, Alianza Editorial, Tercera reimpresión 2001, Madrid, Libro I, v. 168-169. / p. 72