viernes, 21 de marzo de 2014

Ríos

pero José Gervasio de
Artigas soñaba otra cosa:
ayunos de cuatro mil años
podridos dando su calor
para que al fin el país creciera
o le salieran como alitas
y diera vueltas sobre el mundo
pararse en la voz de Dios
anduviera la pampa como
un cielo al sol de la justicia

eh don José Gervasio eh
un día se fue para el oeste con elefantes animales
de presa jabalíes búfalos
mujeres vestidas de rojo
con pies como patas de
perro y sus hombres que veían
caer las estrellas los demás
astros cerrarse como un ojo
o se subían a hormigueros
comían tortas de algodón
perdían la soguita madre
y cuervos los ataban a
los malagueros de la vida
un calor interminable
o como un río de valor
con una guirnalda roja
sin ropas sobre la cabeza
y que del vientre les nacían
cañas palmeras lanzas bravas
espadones para cortar
la malayerba o deshonor
que les quiso trepar por el
sudado nombre que traían

eh Don José Gervasio eh
para el oeste se iban todos
los viejos de bolas resecas
las viejas sin olor los chicos
que malcomían al pie de
las grandes mamas silenciosas
como noche llena de toros
tropa de pechos clausurados
que cesanteaban al amor
querían comer enemigo
y parecían un silencio
que dejaban en el país
como planeta frío o luna
depositada sobre el piso

cuando el silencio se hizo todo
se lo vio a don José Gervasio
parado en medio de su gente
y el país empezó a volar
como uruguayos por su cara
o les iba saliendo un cielo
como alias como calor
o una gran vuelta sobre el mundo
contra la muerte personal
la poco bella la sabida

eh don José Gervasio eh
siempre soñaba de otro modo
arregló sus deudas con los
cuatro mil años de hambre humana
que le tironeaban el poncho
y no lo dejaban dormir
y no lo dejaban comer
como un amor o mamas de
silenciosas que lo arrastrasen
hacia las sombras hacia el sur
hacia el cordón que les temblaba
como una paloma en el vientre
y de repente se voló
empezó el sol de la justicia
*Juan Gelman

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