domingo, 15 de marzo de 2020

Divisiones en tres partes y una nota sobre Hesíodo y Lucrecio

Desde hace un par de años me encuentro armando cuadros del tiempo en Excel que me ayuden a ubicar personajes, situaciones, etc. Uno sobre el cual no había vuelto mucho está dedicado a la prehistoria. 

En este no tenía más avances que unas notas aun desordenadas pero, recientemente, me dio por volver a él y logré darle una forma básica: trazarlo desde las grandes líneas de la edad geológica de la tierra (1). Sin embargo, me topé con un problema: no daba con las palabras paleolítico, mesolítico o neolítico al que otros artículos hacían referencia en ocasiones. Tampoco con la muy conocida "Edad de Piedra",  aquella edad a la que uno vincula todas las imágenes referidas a los hombres de las cavernas, los dinosaurios, o los relatos fantásticos de convivencia entre los dos.

Avanzando un poco en la pesquisa fui a dar con que estos términos tan queridos y familiares para mí sí fueron empleados en el pasado reciente. Surgieron como consecuencia de la estructuración del tiempo ideada por C.J. Thomsen para las exhibiciones del Royal Museum of Nordic Antiquities. En ella dividía las cosas de acuerdo a artefactos hechos de los siguientes materiales: Piedra, Bronce y Hierro (¡al fin!). Resulta que sobre esa división otra persona llamada John Lubbock agregaría la parte que faltaba: Paleolítico, Mesolítico y Neolítico (2). 

En la actualidad, entendí, estas divisiones del tiempo han sido superadas por la de la Edad Geológica de la Tierra de la que hablé al inicio. De acuerdo a ella, mis intereses: dinosaurios y hombres, aparecen a partir de las Eras Mesozoica y Cenozoica de nuestro planeta.

Hasta ahí esta primera nota. 

La segunda es más sencilla, tiene que ver con la división del tiempo hecha por Hesíodo, de la cual, asumí, C.J. Thomsen habría tomado inspiración.

De acuerdo a Hesíodo, las edades conocidas son las siguientes: Edad de Oro, de Plata, de Bronce, Heroica y de Hierro. Lo que recordaba de ellas es que dibujaban un proceso de degradación desde los tiempos de los dioses y los héroes hasta la era de los hombres. Hoy, haciendo estas pesquisas me topé con un contraste interesante hecho por un personaje romano llamado Lucrecio cinco siglos después. De acuerdo a Lucrecio la vida procede de acuerdo a movimientos marcados por cambios de fases. Para éste hay un continuo movimiento de fases que no es de degradación sino que conduce el surgimiento del individuo como resultado de estos movimientos progresivos de la naturaleza.

¿Hacia dónde?, no lo sé, aun no conozco más de su pensamiento o escritos pero me alegró toparme con este contraste a la visión que había marcado mis visitas a las fases míticas griegas. Hasta ahí esa interesante novedad. 

1. Aquí mi referencia de partida clara.
2. Aquí más sobre las divisiones tripartitas mencionadas.

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