domingo, 2 de abril de 2017

.

Checando material alrededor de la revolución industrial vine a dar con esta cita de Paul Valery en un trabajo de Walter Benjamin:

*Así como el agua, el gas y la corriente eléctrica vienen ahora desde lejos a servirnos en nuestras casas, obedeciendo a un movimiento de nuestra mano, así llegaremos a disponer de imágenes y sucesiones sonoras que se presentarán respondiendo a un movimiento nuestro, casi a una señal, y que desaparecerán de la misma manera.
Más allá del carácter profético que pueda tener la cita (en esto sigo a Ortega y Gasset que habla de los buenos observadores más bien), me impactó recordar privilegios modernos de nuestra era que había olvidado. En reflexiones recientes me centraba en el ruido y revolución de las comunicaciones actuales, pero se me escapaba del todo el asombro de tener agua a la mano sólo por el hecho de abrir una llave. No tanto para el caso de la luz, en la que he pensado un poco más, pero que también tiendo a olvidar. Alguna vez fantasee que, de tener hijos, de vez en cuando jugaríamos a "la edad media" durante la transición de la tarde a la noche (y hasta el amanecer) sólo por volver a experimentar una forma diferente y anterior de la realidad cotidiana del hogar.

Adenda: Y sí, hay personas en nuestro querido Guayaquil para quienes esto aun no es una memoria.

*BENJAMIN, Walter, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, trad. castellana de Andrés E. Weikert, Editorial Itaca, México, 2003, p. 40 (...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario