viernes, 2 de marzo de 2012

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"Entonces fué cuando sucedió ese algo que yo no puedo describir; algo como un temblor o sacudimiento estremeción la fila, de la misma manera que si la fila hubiera sido una res viviente a la que se ha dado un golpe en la cabeza o hubiera sido un cable eléctrico. Ninguno de nosotros sabía por qué se movía, pero nos movíamos y nos empujábamos. Después nos repusimos y seguimos por las callejuelas sucias, doblando esquinas y caminos tortuosos. Las callejuelas torcidas empezaron a producirme una sensación que yo no sé explicar, igual que si se tratara de un sueño. Yo sentía como si todo se hubiera enloquecido, y pensaba que nunca saldríamos de esa confusión. Resulta extraño oírme hablar así, no es cierto? Las calles nos eran todas conocidas, todas figuraban en el mapa. Pero el hecho era real. Yo no tenía miedo de que algo sucediera. Yo tenía miedo de que nunca sucediera nada, que nunca sucediera nada en toda la eternidad.

Apuró su vaso y pidió más whisky. Lo bebió y continuó diciendo:
- Y entonces sí que algo sucedió, Buck. Es realmente indudable que a usted no le ha sucedido nada en la vida. A mí tampoco me había sucedido nada en la vida.
- Que nunca me ha sucedido nada? - dijo Buck, mirándole fijamente - . Qué quiere ustede decir?
- Nunca le ha sucedido nada - repitió Barker con mórbida obstinación-. Usted no sabe lo que es que suceda algo. Se lo pasa sentado en su escritorio esperando clientes y los clientes llegan; usted camina por las calles esperando encontrar amigos y se encuentra con amigos; usted quiere una bebida y la toma; usted tiene ganas de hacer una apuesta y la hace. Usted espera ganar o perder y hace lo uno o lo otro. Pero que sucedan cosas... - y empezó a temblar sin control".

* En El Napoleón de Notting Hill de G.K. Chesterton.

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