sábado, 28 de septiembre de 2019

Participar de la manifestación de Fridays for Future 3

Inquietudes 2: ¿quién es Greta Thunberg? 2

Continué las lecturas y supe que la joven Greta Thuberg tiene 15 años y que padece del síndrome de Asperger. También leí que Fridays for Future se dio, no solo por la gente a su alrededor sino porque otras grupos de jóvenes en edad escolar comenzaron a replicar la protesta en sus propias sus comunidades.

Respecto al síndrome de Asperger. Leí que está comprendido como parte del espectro autista. Se distingue del autismo más estereotípico en que no afecta de manera notoria la capacidad de aprendizaje. Más bien se manifiesta en tres cosas: dificultades para la interacción social, para la comunicación y, por una concreción muy marcada de intereses. En uno de los grupos de liderazgo que manejo en mi comunidad educativa tengo un chico que padece este síndrome. Inclusive está en el rango de edad de Greta, 14 años, y puedo dar fe de que calza en las características descritas. Podría decir más pero deseo centrarme en la manera en que dicen que esto determina las actitudes públicas de Greta, la activista:

En sus intervenciones públicas Greta se muestra como una joven perfectamente adolescente: es fuerte, se dirige al mundo adulto de un modo muy crítico y lo hace de una manera muy emocional. Lo peculiar de este comportamiento es que esto es lo que suele hacer un adolescente en las relaciones con sus padres y, cuando hay confianza, con otros conocidos. Greta, en cambio, lo hace al dirigirse a líderes políticos de cualquier estamento y desde el principio no ha trazado ninguna línea de mesura en cuanto al tono en que dice las cosas. Greta parece no ver tanto personas como argumentos y expresiones públicas que descubre contradictorias en la práctica. Su característica es desenmascarar sin ningún temor ni pudor estas contradicciones. 

Pero, ¿qué hay de sus padres? Mis primeras lecturas decían poco sobre ellos: que simplemente la autorizaron a llevar adelante sus protestas. Estas tienen dos momentos aunque un mismo objetivo: la adhesión y cumplimiento de su país del Acuerdo de París. El primer momento consistió en no asistir a clases hasta las elecciones del parlamento sueco y, el segundo, que fue el que llamó la atención internacional, fue la de perseverar en este objetivo vía la protesta de los días viernes. Pareciera que, dada su condición, sus padres fueron más asequibles en cuanto a los objetivos de Greta y le dieron la libertad de llevarlos a cabo. Me atrevo a pensar que el segundo es el logro de una negociación práctica que está felizmente enlazada con un interés mundial: aceptar la racionalidad de su inquietud concediendo la protesta, pero negociando su intensidad o modo de expresión.

Sin embargo, también hay personas que denuncian un juego de intereses que se aprovecha de Greta. Al respecto, destaco el artículo "la doble cara de Greta, la niña verde" del diario El Mundo. En este se habla del conveniente libro lanzado por su madre a pocas semanas del creciente impacto de Greta, y su viaje en velero a través del Atlántico (libre de carbono pero con clara señal de dinero) para participar de la cumbre de la ONU sobre Cambio Climático en Nueva York. Como réplica, sus defensores hablan de lo financiados y acomodados que también están aquellos a quienes sus palabras incomodan.

             En los exteriores de Plaza de la Administración, Guayaquil, viernes 27 septiembre

Regresando a nuestro plano local, también encontramos voces a favor y en contra: GK, en su boletín semanal cuestiona a quienes se sienten tan intimidados por una jovencita, de ahora 16 años, que dice la verdad mientras que comentaristas de Diario El Universo como Larissa Maringoni (en "Greta, Meche y Alvarito")  la ve como una joven que crea más confusión que soluciones y que hace parte de aquellos grupos que son buenos para pedir, pero de baja capacidad de responsabilidad respecto a aquello que piden. 

Me identifico con ambos. Creo que Greta impacta porque dice verdades y atinó a ser el rostro joven en un problema de escala mundial que sigue buscando su forma y, a la vez, es el rostro joven de un mundo joven que sabe mucho de pedir, de protestar, pero al que aun le falta mucho sobre sentarse, proponer y trabajar con los demás. 

Eso me devuelve a la manifestación local y las búsquedas de mi ciudad. Continuaré en un último post sobre ellas.

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