jueves, 4 de mayo de 2017

Snob

Este hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Más que un hombre, es sólo un caparazón de hombre constituido por meros idola fori; carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa. Tiene sólo apetitos, cree que tiene sólo derechos y no cree que tiene obligaciones: es el hombre sin la nobleza que obliga -sine nobilitate-, snob. (1)
Tal vez no es la mejor definición de snob que da Ortega pero me dijo suficiente. Me la topé hace pocos días. Hacía una revisión de citas guardadas, buscaba una de Rumí para un amigo, y me topé una suya relativa a las revoluciones. Parafraseando, la cita hablaba de la importancia de crear versus la más fácil actitud de rebelarse. Él mesmo lo dice mejor:

En el orden moral, la tarea máxima del presente consiste en convencer a los hombre vulgares - los no vulgares no han caído nunca en la trampa - de toda necedad inane que encierra ese imperativo de la rebelión, tan barato, tan poco exigente, y cómo, sin embargo, casi todas las cosas contra las cuales el hombre se ha rebelado merecen, en efecto, ser enterradas. La única verdadera rebelión es la creación - la rebelión contra la nada, el antinihilismo. Luzbel es el patrono de los seudorebeldes. (2)

Al revisar la cita, recordé que hay algo que comparto con Ortega: su crítica de nosotros los ciudadanos comunes. Fui a mirar de ojeada La rebelión de las masas y di con esa cita con su definición de snob

Creo que ambas tocan el mismo tema: un cierto talante del ciudadano común de despreciar un país que no conoce, al mismo tiempo que aporta poco a una construcción seria de este, ¿de qué se queja?

Se parecen demasiado el opositor y el convencido del día de hoy: el primero, parece no sentir obligaciones, sino presentarse como un espectador de su desgracia. Su perezosa afición lo obliga a hablar de gente del pueblo (una raza extraterrestre o demoníaca que es la fuente de todos sus males), populismo a secas, borregos ó una cierta fatalidad de la historia. La pregunta nunca tiene que ver con él. El segundo, se suma a una corriente que no entiende y se presenta como victorioso y heroico aunque, en la práctica, sólo rechaza una cultura que tampoco se ha molestado lo suficiente en construir.

Siendo así, pienso, no es raro que los ciudadanos comunes seamos unos snob. Nos bajamos de la conversación antes de tiempo. Es más, creo que no supimos que participábamos de una conversación que continúa  y, en consecuencia, esperamos eternamente una utópica sociedad. Aprendimos a exigir libertad (moderna) sin entender cómo se llegó a esa idea, a qué respondía, ni tampoco qué es lo que implicaba. En resumen, sin conocer que la otra cara de la libertad implica un compromiso permanente. 

Adenda 16/05/2017: han pasado algunos días desde que escribí este post y una idea más me dio vueltas en la cabeza. Siempre pienso en el tema educativo. Yo mismo no me considero una persona suficientemente formada, al menos frente al problema cultural que creo que tenemos. Me explico: sí, salimos adelante en la vida desde la situación de clase media de nuestro país: podemos obtener un título, tarde o temprano hacer dinero, sacar adelante una familia y, en muchos casos viajar. Eso parece llevarnos a creer que somos personas "educadas", cuando más bien sólo logramos sobrevivir dentro de un cierto modelo económico.

(1) pendiente completar la cita: ORTEGA Y GASSET, JOSÉ, La rebelión de las masas, Obras completas, ..... Tomo IV, p.121

(2) Tomé la cita de manera ligera, no tengo más apuntes que estos: Nota de José Ortega y Gasset en El libro de las Misiones en "Misión de la Universidad".

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