sábado, 19 de julio de 2014

Letanía

Esta es una bella letanía en la que pude participar el día de ayer. Su autor es Pedro Trigo SJ. Hay cosas que han cambiado, por supuesto. Lo que me gusta, sobre todo, es la fuerza de lo que afirma:

Lector 1: Antífona: El amor es nuestro tesoro no nos tragará el abismo.

Asamblea 1: Unos celebran la riqueza de las naciones exaltan ante el poder de los Estados.
Asamblea 2: Otros se estremecen de gozo por un cuerpo joven pagan cualquier precio por disfrutar el confort o desean sobre todo viajar olvidados del tiempo.
Asamblea 1: Nosotros, Señor, preferimos cantar el amor.
Asamblea 2: Precisamente en este tiempo cuando brama el tigre y el caimán acecha.
Asamblea 1: nosotros decidimos entonar un canto de amor.
Asamblea 2: Los bancos abren sus fauces como una tumba voraz.
Asamblea 1: el amor es nuestro tesoro no nos tragará el abismo.
Asamblea 2: Los supermercados como los conquistadores que nos engañaron nos tientan con su despliegue de brillos innecesarios.
Asamblea 1: Nuestro corazón se prendó con los hermanos y no caerá en la trampa.
Asamblea 2: Las metralletas de los soldados y los asaltos repentinos de la Policía Militar nos hielan las entrañas de terror y se pueblan de presentimientos nuestros sueños.
Asamblea 1: El amor que tú nos diste es más fuerte que la muerte.
Asamblea 2: No permitas, Señor, que caigamos en sus garras pero, si caemos, no permitas, Señor que nos apaguen el corazón.
Asamblea 1: que el cariño de nuestros hermanos sea como un chaleco a prueba de balas.
Asamblea 2: En este tiempo inclemente, escucha, Señor, nuestros cantares de amor.
Asamblea 1: Los burgueses y los políticos entreguistas han destrozado a tu pueblo.
Asamblea 2: por eso lanzamos roncos clamores de amor herido.
Asamblea 1: Los pobres aun sueñan con asistir al banquete eterno de tu amor.
Asamblea 2: por eso cantamos himnos de esperanza.
Asamblea 1: Hay gente que se organiza para crecer juntos y combatir
Asamblea 2: Por eso también cantamos cantos de combate por amor a la liberación de tu pueblo.
Asamblea 1: Míranos aquí, Señor reunidos como hermanos.
Asamblea 2: Por eso la ternura perfuma como brisa de mar nuestros cantos y el cariño los baña como las aguas del mar.
Asamblea 1: Te pedimos, Señor que la lucha contra la opresión no seque nuestros sentimientos.
Asamblea 2: Que no crezca en nuestras filas la semilla del odio.
Asamblea 1: Que como flores de desierto debajo de las espinas sólo tengamos dulzura.
Asamblea 2: Y una aroma que perfume el mundo y sea grato también para ti.

Lector 1:  Antífona: El amor es nuestro tesoro no nos tragará el abismo.

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