domingo, 1 de julio de 2012

Muestras,

Del curuchupismo vigente. Y eso que Colombia parece más plural. Me refiero a las encuestas de popularidad de mandatarios. La reforma de la Justicia se cayó hace unos días y lo primero que salió en el periódico fue que la popularidad del mandatario, debido a esto, había caído. ¿Detrás entonces que hay que volverla a ganar a como dé lugar? 

Es la impresión que tengo. De ser así, nuestro medios muestran un ejercicio cuestionable. Una cosa es que una encuesta me dé qué pensar, otra cosa que yo deba desesperarme por mejorar mi imagen en ella de cualquier manera o diciendo algo que "calme" a la gente. El ejercicio depende de mí pero el medio parece querer apuntar hacia allá (ni hablar de los comentarios de muchos analistas políticos). 

Suelo encontrar en mí que tal vez las emociones y reacciones que suscitan ciertas cosas hay que dejarlas ser un momento y luego comenzar a buscar. Si le tengo miedo a las reacciones de la gente y pretendo agradar de manera inmediata no sólo que me falseo sino que me pierdo de un ejercicio importante de aprendizaje: afrontar el error o la pregunta y tratar de resolver la necesidad que llama, si es que se puede (pues a veces también cabe devolver la pregunta al "juez" o "jueces").

Cuando se pretende mostrar esto como algo tan simple, subir o bajar puntos de un día para otro (y el hecho de tener que recuperarlos porque si no "todo se cae"), es difícil creer que podamos procesar lo que vivimos. 

Cuando tomamos en serio ejercicios tan simples, ¿estamos buscando llegar a un estado de perfección que no se mueve?, o sea "el Reino de los cielos" (mal entendidos), la ciudad o país donde nada pasa porque vivimos en perfecta "paz". Paz como la de un cuerpo muerto por cierto (y ni eso porque hasta el muerto se descompone). 

Sobre esto creo que Calvin y Hobbes tienen mucho por aportar ahí. En primer lugar porque su papá me parece sensato. No está desesperado porque Calvin esté todo el tiempo contento con él. En segundo lugar porque Calvin, dado que es un niño, se comporta como un niño, acepta que su papá está sobre él y lo quiere convencer de cambiar (a su gusto). Nosotros, cuando apuntamos a esta expectativa de que otro mantenga su popularidad porque si no todo se cae, no estamos diciendo algo de la etapa en la que nos encontramos? ¿Por qué esa desesperación que queremos hacer llegar al otro _que creemos haber puesto por arriba?, ¿nuestro papel es simplemente acudir a decirle a papá que la va a embarrar/ la está embarrando y nada más? Creo que no, pero parece que fuera la moneda común y repetimos datos pero jugando el mismo juego. Este ejercicio realmente es simple. Un poll, en lo que considero normalidad trivial, es sólo un factor a considerar del que pueden nacer preguntas para muchos. De lo que converso algunas veces y veo en televisión en cambio parece ser aquello que utilizamos para lanzar a los demás.

Para cerrar, ¿las personas que más admiramos, estaban tan pendientes de esto (desde arriba o desde abajo)? Creo que la respuesta es no. Uno no es un niño por siempre y vaya que eso también ha sido una cosa muy buena. ¿Qué nos dice eso sobre nuestro modo de proceder como ciudadanos?

El segundo ejercicio perceptible es la adolescencia de los bandos y el fethicismo de ser siempre impolutos ("ajá!, te contradices!"). Pero de eso ya se ha hablado alguna vez (http://porelcaminodeagua.blogspot.com/2012/01/dudas.html) y de seguro habrá nuevas ocasiones para hacerlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario