La joven jorobada y sola
entra en silencio en el templo de pueblo
y la veo con su libro de oraciones
rezando
con su vestido
y su cuidado
arreglada para su Señor.
Eterno Señor de todas las cosas
que la miras con mis ojos
y la quieres
mientras pasas
con corazón prestado.
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