sábado, 17 de agosto de 2019

Un dilema: Russell sobre la educación religiosa


Russell decía: «No puedo aceptar ese punto de vista de los políticos que, incluso si no hay Dios, consideran deseable que la mayoría de la gente sea creyente porque tal creencia anima a una conducta virtuosa». Para el pensador galés, en lo referido a los niños: «Muchos librepensadores adoptan esa actitud: ¿cómo puede uno enseñar a los niños a ser buenos, preguntan, si no se les enseña religión? ¿Y cómo les vamos a enseñar a ser buenos, respondo yo, si habitual y deliberadamente se les miente acerca de un asunto de mayor importancia? ¿Y cómo puede ninguna conducta genuinamente deseable necesitar creencias falsas como motivo? Si no tenéis argumentos válidos a favor de lo que consideráis "buena" conducta, lo que falla es vuestra concepción de lo bueno. Y en cualquier caso, suele ser la autoridad paterna más que la religión lo que influye en la conducta de los niños». 
En "La aventura de pensar" de Fernando Savater. De Bolsillo, 7ma. reimpresión, 2016

¿Qué decir? Las creencias religiosas, al menos las católicas que son las que conocí, proponen referentes de conductas virtuosas. Su fundamentación última es un modo de proceder: "ama, porque Dios te amó primero" (de ello se derivan muchos modos de proceder cuya esencia es la misericordia). En segundo lugar, las creencias católicas dan  ejemplos, en la persona de Jesús, de cómo es Dios en acción. O sea, dan ejemplos de cómo funciona ese amor. A la vez, en el relato catequético de los evangelios, se da pistas de lo que se experimenta al hacer las cosas como él las hizo y de la experiencia que tuvieron quienes lo vieron andar (primero, incomprensión y, luego, un gozo tan grande que permite contar toda la historia de incomprensión con pelos y señales). Finalmente, fundamentan su práctica en la pertenencia a una comunidad en torno a este relato. El sentido de ello es que la comunidad, que ya ha andado parte de ese camino, oriente la experiencia de ese nuevo individuo. Esa comunidad que pervive a través de los años en la historia, es lo que llamamos Iglesia. La reflexión y matices que toma la reflexión de esa Iglesia a lo largo de los siglos se comprende como la presencia del Espíritu Santo que continúa revelando el mensaje de Dios a través del tiempo.

Para responder a la inquietud de Russell y el dilema de sus contemporáneos, ahora que soy adulto considero que es sano vivir con esos referentes cuando se tiene claras tres cosas: las creencias religiosas son eso, creencias. Cuando se les da el aditivo de religiosas quiere decir que son creencias que buscan dar una explicación de nuestra vida en el mundo desde la adhesión a un cúmulo de verdades o experiencias que se toman como centrales, articuladoras de esa propuesta. En segundo lugar, que las instituciones humanas todas tienen los vicios de la humanidad (pero no por eso dejan de servir a un fin que, como utopía, orienta la acción) y, finalmente, que los seres humanos no tenemos articulaciones finales para lo que consideramos bueno pero que ello no implica que no buscamos un modo de orientar nuestra conducta y responder a las preguntas por el sentido de nuestra vida. La modernidad occidental es un ejercicio de lograr ese fundamento de un modo diferente. Hasta el momento actual no logra responder a la pregunta de cómo o por qué vivir fraternalmente a la manera en que lo plantea la utopía cristiana. Considero que esta tiene tres fuertes que resuelve mejor algunos de los problemas de las versiones no religiosas: la noción de perdón, la creencia de que Dios (algo superior a nuestras ideas o acciones) puede irrumpir en la vida de cualquier persona (dotándola de un sentido de capacidad que trasciende su historia de vida o su contexto) (1) y la idea de una meta  cuya finalidad es la vida plena de todos los seres humanos.

Desde esa perspectiva, no veo el problema de sostener una creencia cristiana bajo las condiciones que he propuesto. Todo esto, por supuesto, implica que el sentido de autoridad que se invoca tanto en nuestra tierra pierde su terreno o pasa a un terreno tembloroso, porque el fundamento de la experiencia propuesta (revelada) está en relación con la comunidad en la cual el Espíritu continúa revelándose a través del tiempo.

Los temas calientes de los días de hoy, como son la reivindicación de derechos de lo que fueron minorías (LGBTI, mujer), han puesto en tensión la interpretación cristiana que estaba vigente sobre un cierto orden de las cosas: los LGBTI como fuera del plan de Dios (aparentemente) y la mujer desde un rol más pasivo en cuanto a sus ideas y decisiones.

"K aser y cómo aser?" es algo que trataré de responderme en un próximo post.

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(1) La clara atención a la posibilidad de creerse "intervenido, secundado, apoyado" y hasta "poseído" desde afuera me viene de Charles Taylor cuando diferencia entre "porous self" (yos permeables) y "buffered selfs" (yos encapsulados) en A Secular Age y otros textos suyos alrededor de esa publicación. 

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