Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque es amado.
Hay quien se cree capaz de cualquier cosa porque ama.
Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque ama.
Hay quien piensa que debe poner cuidado en cuanto hace porque es amado.
Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del odio.
Hay quien piensa que el amor se encuentra en el límite del afecto.
Hay quien confunde el amor con el afecto y no comprende que otros, como respuesta, confundan el odio con el amor.
Hay quien ama como una liebre que acaba en la autopista y cae en la trampa de las luces.
Hay quien como el león que desgarra cuanto ama.
Hay quien ama como el piloto la ciudad sobre la que lanza sus bombas.
Hay quien ama como el radar que guía los aviones por el aire.
Hay quien ama pacíficamente como la cabra que permite al niño hambriento que beba su leche.
Hay quien ama a ciegas como la ameba que engulle a la otra en su existencia informe.
Hay quien en modo insensato como la mariposa nocturna ama la chispa.
Hay quien ama sabiamente como el oso que hiberna.
Hay quien se ama a sí mismo en el otro,
y quien en sí mismo ama al otro en que se convertirá gracias a ese otro.
*(György Somlyó, Hungría, 1920-2006)
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