Querido J.S. Mill,
Llevo un tiempo queriendo decirte algo. No es tan terrible ni formal como parece. Discúlpame si te asusto hablando así...
En las últimas semanas he comenzado a pensar que creo que debemos tomarnos un tiempo, creo que necesito un poco de espacio... Las cosas en estas últimas semanas han rebasado un cierto límite de gusto de estar y convivencia. Realmente no pienso que se trate de ti, sino de mi. Me gusta conocerte y compartir tiempo contigo. Me has mostrado un mundo de ideas con las que siempre me he sentido a gusto y me has ayudado a crecer en ellas. Has sido, en cierto sentido, un maestro y, sobre todo, un compañero. Pero, querido Mill, en estas últimas semanas nuestra relación se ha vuelto pesada. No sé si tú lo hayas sentido pero yo sí. No has sido tú, tú simplemente has estado ahí, siempre fiel, claro y respetuoso. El problema ha sido el exceso del seminario.
No se trata de que no tenga el valor de seguir contigo, seguiré contigo. Simplemente necesito tomarme un tiempo, el seminario si bien hizo su trabajo, pues te he conocido mejor, me ha dejado agotado. Sobre todo creo que han sido estas últimas semanas de revisar tus escritos de manera tan intensa lo que me ha dejado así.
Entiendo muy bien que el problema de la libertad y una moral fundamentada sobre el placer son asuntos importantes y subyacentes a muchas de las cosas que hacemos y necesitamos tener en cuenta en sociedad. Creo que son temas que deben ser considerados con detenimiento, tal como tú lo has hecho y yo lo he venido haciendo contigo durante estos últimos meses. Creo que falta que se te conozca Mill, y mucho, en el tiempo actual. Sin embargo, luego de un proceso tan intenso (y a la vez no lo suficientemente diligente de seguro) lo natural ha sido que he comenzado a ver a otras personas, mirar por un momento otros mundos y modos de comprender y proceder. Es lo propio y más inmediato en el mundo de las ideas después de un tiempo. Siempre lo he hecho, inclusive junto a ti, pero creo que he llegado a un momento en que debo decirte pare. Un pare total por unos días para poder verte mejor, caperucita's way.
Debo confesarte que Ortega y Gasset ya me llama de nuevo, que Safranski me dice mira mi libro sobre el "El mal", que ya tengo conmigo un libro sobre una mujer del M19...que hoy estuve mirando a Hume...
Espero me puedas entender. Esta será nuestra última tarde juntos. No me llames, yo volveré, lo sé. Todo será mejor así!
Si tienes miedo de que te deje, te aseguro que no. Más temprano que tarde volveré. Sabes que soy un tipo fiel, pero sobre todo, y como a ti te habría gustado, quiero ser yo y desplegar y mover esas facultades por las que tanto peleas, conocer ideas diferentes para contrastarlas, estar activo y así enriquecerme y enriquecernos todos...
Si te sientes mal, debes saber que serás una de las personas importantes en mis referentes de tesis. Y dados los tiempos en los que vivimos de seguro un compañero al cual siempre volver.
En todo caso, estimado Mill, no me preocupo demasido por ti, sé que también tienes a Harriet para hablar. Me despediré en unas horas. Queda tranquilo, estoy disfrutando de esta última revisión.
Fraternalmente,
Llevo un tiempo queriendo decirte algo. No es tan terrible ni formal como parece. Discúlpame si te asusto hablando así...
En las últimas semanas he comenzado a pensar que creo que debemos tomarnos un tiempo, creo que necesito un poco de espacio... Las cosas en estas últimas semanas han rebasado un cierto límite de gusto de estar y convivencia. Realmente no pienso que se trate de ti, sino de mi. Me gusta conocerte y compartir tiempo contigo. Me has mostrado un mundo de ideas con las que siempre me he sentido a gusto y me has ayudado a crecer en ellas. Has sido, en cierto sentido, un maestro y, sobre todo, un compañero. Pero, querido Mill, en estas últimas semanas nuestra relación se ha vuelto pesada. No sé si tú lo hayas sentido pero yo sí. No has sido tú, tú simplemente has estado ahí, siempre fiel, claro y respetuoso. El problema ha sido el exceso del seminario.
No se trata de que no tenga el valor de seguir contigo, seguiré contigo. Simplemente necesito tomarme un tiempo, el seminario si bien hizo su trabajo, pues te he conocido mejor, me ha dejado agotado. Sobre todo creo que han sido estas últimas semanas de revisar tus escritos de manera tan intensa lo que me ha dejado así.
Entiendo muy bien que el problema de la libertad y una moral fundamentada sobre el placer son asuntos importantes y subyacentes a muchas de las cosas que hacemos y necesitamos tener en cuenta en sociedad. Creo que son temas que deben ser considerados con detenimiento, tal como tú lo has hecho y yo lo he venido haciendo contigo durante estos últimos meses. Creo que falta que se te conozca Mill, y mucho, en el tiempo actual. Sin embargo, luego de un proceso tan intenso (y a la vez no lo suficientemente diligente de seguro) lo natural ha sido que he comenzado a ver a otras personas, mirar por un momento otros mundos y modos de comprender y proceder. Es lo propio y más inmediato en el mundo de las ideas después de un tiempo. Siempre lo he hecho, inclusive junto a ti, pero creo que he llegado a un momento en que debo decirte pare. Un pare total por unos días para poder verte mejor, caperucita's way.
Debo confesarte que Ortega y Gasset ya me llama de nuevo, que Safranski me dice mira mi libro sobre el "El mal", que ya tengo conmigo un libro sobre una mujer del M19...que hoy estuve mirando a Hume...
Espero me puedas entender. Esta será nuestra última tarde juntos. No me llames, yo volveré, lo sé. Todo será mejor así!
Si tienes miedo de que te deje, te aseguro que no. Más temprano que tarde volveré. Sabes que soy un tipo fiel, pero sobre todo, y como a ti te habría gustado, quiero ser yo y desplegar y mover esas facultades por las que tanto peleas, conocer ideas diferentes para contrastarlas, estar activo y así enriquecerme y enriquecernos todos...
Si te sientes mal, debes saber que serás una de las personas importantes en mis referentes de tesis. Y dados los tiempos en los que vivimos de seguro un compañero al cual siempre volver.
En todo caso, estimado Mill, no me preocupo demasido por ti, sé que también tienes a Harriet para hablar. Me despediré en unas horas. Queda tranquilo, estoy disfrutando de esta última revisión.
Fraternalmente,
Tu siempre tan inspirado y a la vez tan inspirador para escribir! hoy me identifico con esa necesidad de alejarse al menos por un rato aunque en el fondo exista la certeza que será momentaneo y que regresaremos por esa misma fidelidad, aunque muchas veces se termina es convirtiendo en tequedad y terquedad sobre el error! (aunq ese no es tu caso).
ResponderEliminarEspero que el próximo escrito sea sobre la mujer del M
Gracias Tere, no había visto todo lo que dices pero ciertamente lo sentía con este toque cómico, fue bastante inmediato a una sensación de cansancio. Casi lo he puesto tal cual jajaja, como que liberó con la risa de la ocurrencia un poco del cansancio.
ResponderEliminarSobre Harriet Taylor. Algún día espero conocer sus ideas o al menos la vida de ella con Mill. Su relación me parece muy interesante pues Mill tuvo que pelear con prejuicios propios y sociales porque eran de edades diferentes (además de las ideas de ella, papel de la mujer, algo no tan común en sus tiempos).
me refería a la mujer del M-19 jejeje pero la vida de Harriet seguro también será interesante conocerla a través de alguno de tus escritos!
ResponderEliminarjaja. Oh, el libro se llama "escrito para no olvidar". Pronto lo busco y te digo el nombre de la autora.
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