La nueva vida me sigue llevando para muchos lados, no me permite detenerme del todo. Sin embargo, encuentro mis maneras de ser, de estar, de compartir. Esta es una de ellas: dibujar y cazar los sonidos de las aves que voy notando a mi alrededor. A veces pienso que es una manera lenta de cazar pokemones.
En este post compartiré algunos de los dibujos que he ido haciendo durante este par de años en que comencé este ejercicio, precisamente a partir de la forzada quietud que nos dió la pandemia. Por supuesto, la idea comenzó como mero reconocimiento de las aves que notaba a mi alrededor, luego pasó a fotos de los hallazgos, para contrastarlos y verificarlos con alguna de las guías de aves de la ciudad y, poco después, se comenzó a convertir en dibujos. Primero más sencillos, ahora más elaborados. Aquí estoy publicando aquellos que considero que vale la pena mostrar.
Me alegra decir que el primero que pueden ver ahora, el azulejo, fue efectivamente el primero de todos y era bastante similar al que ven, solo que estaba hecho en una hoja de cuadros y pintado con mayor torpeza (pero no menos entusiasmo).
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