(Algunas notas sobre el reciente mural de Mujeres Creando. No se refiere a la muestra pues no la he podido conocer.) Actualmente el texto está en revisión para posible colaboración en espacio digital.
Comparto unas impresiones sobre el reciente mural "Milagroso Altar Blasfemo" del colectivo boliviano Mujeres Creando. Las hago sin mirar los videos de las declaraciones de los artistas o de la curadora del Centro Cultural Metropolitano. Lo hago así creyendo que de esa manera puedo expresar mejor lo que llevo dentro/encima y que el mural me permite "sacar fuera". No comentaré todo el mural, pues no lo he podido ver sino a través de un video y fotos de tamaño mediano en internet. Me limitaré a hablar de algunas imágenes que en particular pude ver mejor y llamaron mi atención.
(Tomada de Diario el Telégrafo)
1. La Virgen María. Me sorprendí de hallarla resignificada. Pensé que al ser un mural "blasfemo", anti institucional, echaría por la borda todo. Sin embargo, María seguía ahí, ahora desnuda y crucificada. María ahora hablaba y valía desde una forma cruda de ser mujer. "María llena eres de rebeldía" grita una frase debajo de ella. Curiosamente me recordó al Magnificat (Lc 1, 46-55) que María recita cuando visita a su prima Isabel (1). Lo copio a continuación para que nos podamos hacer una mejor idea de lo que ese canto evoca. Noto absoluta similitud en el énfasis en la rebeldía, aunque para el caso del Magníficat, el canto evoca los deseos del pueblo judío.
María dijo:
—Mi alma canta la grandeza del Señor,
mi espíritu festeja a Dios mi salvador,
porque se ha fijado en la humildad de su sirvienta
y en adelante me felicitarán todas las generaciones.
Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí,
su nombre es santo.
Su misericordia con sus fieles se extiende
de generación en generación.
Despliega la fuerza de su brazo,
dispersa a los soberbios en sus planes,
derriba del trono a los poderosos
y eleva a los humildes,
colma de bienes a los hambrientos
y despide vacíos a los ricos.
Socorre a Israel, su siervo,
recordando la lealtad,
prometida a nuestros antepasados,
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.
—Mi alma canta la grandeza del Señor,
mi espíritu festeja a Dios mi salvador,
porque se ha fijado en la humildad de su sirvienta
y en adelante me felicitarán todas las generaciones.
Porque el Poderoso ha hecho grandes cosas por mí,
su nombre es santo.
Su misericordia con sus fieles se extiende
de generación en generación.
Despliega la fuerza de su brazo,
dispersa a los soberbios en sus planes,
derriba del trono a los poderosos
y eleva a los humildes,
colma de bienes a los hambrientos
y despide vacíos a los ricos.
Socorre a Israel, su siervo,
recordando la lealtad,
prometida a nuestros antepasados,
en favor de Abrahán y su descendencia para siempre.
(Fuente: Biblia de Nuestro Pueblo online)
2. La Madre Dolorosa. Es indicada, no es retratada con fidelidad, no es su punto. Sin embargo, se entiende que hace alusión a "la Madre Dolorosa", una particular advocación de la Virgen María que es también conocida como "Nuestra Señora de los Dolores, que tiene un significado especial para los católicos practicantes del Ecuador, sobre todo para aquellos cercanos a la Compañía de Jesús y, más particularmente, al Colegio San Gabriel de Quito (2). A diferencia de la Dolorosa tradicional, que han visto si hicieron click en el link, la Dolorosa del mural se distingue por no llevar un hábito particular. Destaca también, al igual que la Dolorosa tradicional, un corazón de fuego y una corona de espinas; además, hallamos unos ángeles (feminizados también) que sostienen la frase "llora por las asesinadas". Como católico, no considero ofensivo el uso que se hace del significado que evoca la Madre Dolorosa. Al contrario creo que se apropia de él pues "la Dolorosa" tradicional evoca a una María conmocionada por la muerte de su hijo. Para el caso, "no me cuesta entender" que La Dolorosa del mural toma el sentido del dolor y lo dirige a la problemática de la mujer latinoamericana actual.
3. Jesús 1, carga una cruz de penes. Me llama la atención que la imagen de Jesús no es irreverente, toma la tradición de la Pasión de Semana Santa, Jesús cargando con la cruz y la convierte en un una cruz de penes. De nuevo. Toma el lenguaje religioso, rescata al personaje central y lo resignifica, esta vez apuntando al problema social del machismo.
4. Jesús 2, en el suelo con la corona de espinas. La imagen le agrega el estar atado con una cadena desde genitales a la Basílica de San Pedro, un signo de poder. La alusión, sin embargo, es a las caídas de Cristo con la Cruz. De nuevo, la imagen rescata al personaje y critica a la institución. El mensaje parece hablar de dureza y perversidad en la institución. No me parece que se dirige con sorna al personaje Jesús.
6. El Papa. En la imagen a la que me refiero está sentado en un sillón y lleva la mitra puesta. Es un símbolo de poder. Sin embargo, está desnudo, sostiene su pene y sonríe de manera perversa. Vuelvo a leer un ataque a la institución Iglesia Católica, no al contenido de sus creencias.
7. La ubicación. Aquí es donde necesito ayuda para interpretar el mural. Estuvo ubicado en la pared contigua a la Iglesia de la Compañía de Jesús. Además, desde una perspectiva histórica, no sólo estuvo ubicado en un muro que da contra la Iglesia de la Compañía sino que el muro en el que se realizó fue parte de la Universidad San Gregorio, una universidad colonial iniciada y gestionada por la Compañía de Jesús.
Este último punto es el que me genera muchas preguntas. ¿Por qué ahí? De seguro se intuía que el mural iba a causar polémica, pero el ubicarlo en donde se lo hizo, fue como poner una bomba. ¿Por qué ponerlo ahí? ¿Se dirigía a los jesuitas el mensaje? De ser así, pienso en seguida, "parece que las autoras no conocen el trabajo de la Compañía de Jesús en el Ecuador". Por mencionar dos iniciativas: La Fundación Río Manta en Manabí, que lucha de la mano con muchas mujeres violentadas en Manta y, la Casa de Acogida de Hogar de Cristo en Guayaquil. Además, en ninguna de estas dos instituciones el rol se limita a acompañar a las mujeres (solapando, tal vez, la lógica machista) sino que se busca incidir (con mayores o menores resultados, con mayores y menores aciertos) en la lucha contra lógicas machistas que aplastan a la mujer. Los jesuitas, vecinos del mural, son una orden religiosa al servicio de la Iglesia Católica y, por lo tanto, parte de esa institución "macro" llamada Iglesia. Como primeros interlocutores el mural los pasaba de largo. ¿A quién se dirigía entonces?
Imaginaba a un amigo conservador mirando el mural. Estoy seguro de que lo miraría. Se preocuparía, de seguro, por la desnudez de María, por su desacralización (María, la pureza, la madre del Salvador, aparece desnuda, crasamente humana). Mi amigo tal vez no pensaría demasiado en el sentido de denuncia que expresa el mural. De seguro lo conoce. Inclusive puede que reconozca a algunas mujeres afectadas por lógicas machistas del pasado o del presente en su propia familia. Sin embargo, estoy seguro de que se olvidaría de ello por ir a pelear con las artistas del mural. Por supuesto que entiendo que mi amigo tiene un problema pero estoy pensando en nuestros ciudadanos como son, no como deben ser (3). Eso me lleva a la estridencia que percibo en el mural. Este no menciona los caminos que existen, aunque no es su obligación tampoco, lo entiendo. Pero cuando denuncia lo hace desde el cliché: Iglesia "mala", mujer "buena", Cristo "compañero sufriente y silencioso". Así, el mural rescata las figuras religiosas a las que hace referencia, las resignifica, pero las resignifica desde una idealización demasiado grande y acusadora que pasa por alto la encarnación humana, la Iglesia Católica, a la que alude. Siendo ese el caso no me extraña que haya tenido las reacciones, igual de estridentes, que generó.Y pienso al final: a culturas reprimidas, expresiones estridentes. La obra, hecha desde una generalización radical obtuvo un resultado radical. Lo considero lamentable.
Ahora bien, más allá de indicar nuestro nuevo lugar común "la necesidad de más tolerancia y diálogo", y de subrayar la necesidad de matices que percibo haría falta en este tipo de expresiones (si se quiere hablar de algo y no sólo gritarlo y recibir gritos de vuelta), creo que hay una segunda reflexión que se puede desprender de las reacciones que suscitó el mural y de la que he oído menos: el sentido del arte. Parecemos suponerlo en los demás. Lo noto mucho en las reacciones de carácter más público que tal mural generó. Las personas que reaccionaron de manera agresiva en contra de este (4) aludían irrespeto a sus creencias religiosas. La respuesta de los funcionarios públicos fue del tipo:"es legítimo que la obra de arte diga algo, así no nos guste, debemos respetar, todos tienen derecho a expresarse". Creo que la mayoría de los ciudadanos no entiende a qué alude cuando se dice esto y ahí hay una tarea pendiente si se pretende hablar de pluralidad y tolerancia. Creo que es petulante encontrarse con límites de comprensión ante el lenguaje y el sentido del arte y pretender que a la fuerza gran parte de la ciudadanía lo acepte porque se supone que todos lo conocen. El resultado de esta actitud, para el caso, fue la de perder: el mural fue removido aduciendo razones administrativas y todos a su casa. En el fondo quedó el mal sabor de un principio atropellado para unos y de una afrenta silenciada para otros. La tarea de la obra de arte apenas comenzaba y se acabó. Después de eso señalamiento va, señalamiento viene, en un curioso y curuchupa final.
A mi manera de ver lo ocurrido debe ser sólo el inicio de una discusión más grande y productiva: ¿qué se sabe del sentido del arte en nuestra tierra?, ¿cómo lo promovemos? Con ello no me limito a lanzar un cómodo guiño a las instituciones públicas, sino que me refiero también a los ciudadanos que vimos cómo el asunto tenía más colores y terminó en una pequeña, aunque ruidosa, lucha de posiciones y aclaraciones. Creo que si el arte es valorado en el mundo, aun cuando muchas veces puede incomodar, ha sido porque tanto poderes públicos como personajes civiles enamorados, han comprendido su valor y se han encargado de compartir su sentido con otros, a pie, creando, haciendo y discutiendo en grupos cada vez más numerosos variados. Creo que tal vez, antes que una pelea ideológica, tenemos la tarea de buscar muchas y nuevas alternativas para la difusión y sentido del arte (o las inquietudes de fondo que se mezclan con este) en nuestro territorio. Quiero creer que desde la creatividad a la que nuestros límites nos invitan, podremos pasar a lenguajes menos estridentes, llenos de matices o, también, a respuestas menos estridentes para lo que debe ser un más amplio color emocional de nuestras vidas y discusión de la realidad. Tal vez ese camino genere los senderos indicados para llegar a los nombres y apellidos que cuentan, los de las que se fueron y se siguen yendo, los de las silenciadas, aquellas a las que no vamos a llegar ni servir bien desde una pelea ideológica en donde lo que falta es lenguaje por crear (5).
Ahora bien, más allá de indicar nuestro nuevo lugar común "la necesidad de más tolerancia y diálogo", y de subrayar la necesidad de matices que percibo haría falta en este tipo de expresiones (si se quiere hablar de algo y no sólo gritarlo y recibir gritos de vuelta), creo que hay una segunda reflexión que se puede desprender de las reacciones que suscitó el mural y de la que he oído menos: el sentido del arte. Parecemos suponerlo en los demás. Lo noto mucho en las reacciones de carácter más público que tal mural generó. Las personas que reaccionaron de manera agresiva en contra de este (4) aludían irrespeto a sus creencias religiosas. La respuesta de los funcionarios públicos fue del tipo:"es legítimo que la obra de arte diga algo, así no nos guste, debemos respetar, todos tienen derecho a expresarse". Creo que la mayoría de los ciudadanos no entiende a qué alude cuando se dice esto y ahí hay una tarea pendiente si se pretende hablar de pluralidad y tolerancia. Creo que es petulante encontrarse con límites de comprensión ante el lenguaje y el sentido del arte y pretender que a la fuerza gran parte de la ciudadanía lo acepte porque se supone que todos lo conocen. El resultado de esta actitud, para el caso, fue la de perder: el mural fue removido aduciendo razones administrativas y todos a su casa. En el fondo quedó el mal sabor de un principio atropellado para unos y de una afrenta silenciada para otros. La tarea de la obra de arte apenas comenzaba y se acabó. Después de eso señalamiento va, señalamiento viene, en un curioso y curuchupa final.
A mi manera de ver lo ocurrido debe ser sólo el inicio de una discusión más grande y productiva: ¿qué se sabe del sentido del arte en nuestra tierra?, ¿cómo lo promovemos? Con ello no me limito a lanzar un cómodo guiño a las instituciones públicas, sino que me refiero también a los ciudadanos que vimos cómo el asunto tenía más colores y terminó en una pequeña, aunque ruidosa, lucha de posiciones y aclaraciones. Creo que si el arte es valorado en el mundo, aun cuando muchas veces puede incomodar, ha sido porque tanto poderes públicos como personajes civiles enamorados, han comprendido su valor y se han encargado de compartir su sentido con otros, a pie, creando, haciendo y discutiendo en grupos cada vez más numerosos variados. Creo que tal vez, antes que una pelea ideológica, tenemos la tarea de buscar muchas y nuevas alternativas para la difusión y sentido del arte (o las inquietudes de fondo que se mezclan con este) en nuestro territorio. Quiero creer que desde la creatividad a la que nuestros límites nos invitan, podremos pasar a lenguajes menos estridentes, llenos de matices o, también, a respuestas menos estridentes para lo que debe ser un más amplio color emocional de nuestras vidas y discusión de la realidad. Tal vez ese camino genere los senderos indicados para llegar a los nombres y apellidos que cuentan, los de las que se fueron y se siguen yendo, los de las silenciadas, aquellas a las que no vamos a llegar ni servir bien desde una pelea ideológica en donde lo que falta es lenguaje por crear (5).
(1) Explorar el sentido del Magnificat haría mucho bien para continuar expresando y explorando el rol de la mujer en el mundo de hoy. No entiendo por qué hay que romper diálogos o limitar el uso de referentes en vez de fomentarlo.
(2) Para quien no lo conoce, la tradición católica ecuatoriana atribuye a la imagen de "La Dolorosa", el prodigio de haber abierto y cerrado los ojos el 20 de abril de 1906 ante un pequeño grupo de internos del entonces Colegio San Gabriel. Tal prodigio fue avalado por los canales religiosos competentes luego de pasar el debido proceso de investigación. A partir de ese momento se convirtió en una advocación promovida, de manera especial, por la Compañía de Jesús del Ecuador.
(3) La interensante observación la hizo Rousseau y la retoma John Rawls por si a alguien le interesa mirar hacia dónde puede conducir tal perspectiva.
(4) Digo agresivas porque su meta no era desaprobarlo sino removerlo.
(5) Creo que en una línea similar y muy rica de pensamiento vale la pena releer el artículo de María Cecilia Herrera, "Empatía desde el otro extremo", publicado en Gkillcity.
(3) La interensante observación la hizo Rousseau y la retoma John Rawls por si a alguien le interesa mirar hacia dónde puede conducir tal perspectiva.
(4) Digo agresivas porque su meta no era desaprobarlo sino removerlo.
(5) Creo que en una línea similar y muy rica de pensamiento vale la pena releer el artículo de María Cecilia Herrera, "Empatía desde el otro extremo", publicado en Gkillcity.
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